Mi Kabbala – 11 Adar 5784 – martes 20 de febrero del 2024
¿Dinero?
El Texto de Textos nos revela en Deuteronomio 8:18, “acuérdate de Jehová tu Creador, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día”.
El concepto de apreciar algo nos invita a darle un valor, el cual desde la lógica mercantil implica pesar este objeto, algo así como determinar si para nosotros ese insumo tiene el mismo valor que le damos a una moneda o billete, ello dentro de ese intercambio comercial en el que cohabitamos y que nos lleva a satisfacer nuestros deseos. Y aunque parece un juego de palabras o un círculo vicioso, lo cierto es que ese concepto elemental se ha convertido en el eje fundamental de nuestras vidas, al punto, que no comprendemos, mevÍn מֵבִין, que al apreciar ese papel dinero ficticio e ilusorio le quitamos valor a nuestras vidas.
No es gratuito que en las sociedades occidentales parezca que le hemos colocado precio a todo, perdiendo desafortunadamente así nuestro aprecio a la misma vida y aunque podríamos pensar que todo ello se debe a los diferentes intercambios mercantiles que implicaron la necesidad de colocarle valor a lo que no tenía, dejando a un lado aquello que si le daba valor a nuestras vivencias como los principios y preceptos que fundamentan nuestras relaciones, lo cierto es que ya no pesan tanto estos valores intrínsecos para nuestras interacciones debido a que priorizamos más lo extrínseco: el dinero, sheqel, שקלים.
El concepto del dinero o del tener va por ende más allá de esas monedas que representan de alguna manera el objeto que queremos adquirir, ya que en el fondo hemos perdido el trasfondo de lo que es necesario, חָסֵר, chaser, básico, para vivir llenos de deseos que disfrazamos de satisfactores, que desdibujan lo que es esencial de la vida. Curiosamente el nombre de la moneda romana de plata: denarius y que tenía un valor de diez ases del cual se deriva ese adjetivo distributivo latino deni, cada diez, es lo que hoy relaciona todo con dinero.
Visión que además de ilusión se convirtió en obsesión en donde esos metales los disfrazamos de preciosos olvidando que esa invención que hoy nos llena de ambiciones, abé אָבִי, por comprar ha hecho que el oro, la plata e incluso el bronce tengan más valor que la misma Palabra del Creador, cambiando hasta nuestra paz por algunos otros objetos innecesarios, mientras la emisión estándar bancaria de estos billetes sigue sustituyendo nuestras búsquedas por lo cual estas monedas que han llevado imágenes de personas distintas al Creador nos han alejado del único valor: el amor de Jesucristo quien nos invitó a darle el verdadero precio a cada cosa.
Es claro que tenemos necesidades pero también que Él doto al mundo de todo lo que requerimos, para que nos enfocáramos en lo prioritario, por ello el mismo nos recuerda a través de Pedro al buscar la moneda en la boca de un pez, shekel, de la razón hebrea SKL שקל, pesar o ilusión, que debía dejar de vivir de ilusiones y darle a cada cosa el peso que merece, como una forma concreta de enfatizar en la importancia de no seguir distrayéndonos en deseos que solamente reproducen insatisfacciones y decepciones. Es tiempo de enfocarnos menos en el Cesar y más en el amor del Creador.
El Texto de Textos nos revela en Hebreos 13:5, “Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen”.
Oremos para que la vida tenga más aprecio.