Mi Kabbala – 10 Adar 5784 – lunes 19 de febrero del 2024

¿Reconocernos?

El Texto de Textos nos revela en I de Reyes 3:9, “Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?”

El rey Salomón שלומו, es conocido por algunos como el hombre más sabio que ha vivido y cuando se hace referencia a estos conocimientos aplicados a nuestro diario devenir se cuenta como ejemplo cuando dos mujeres le visitaron disputándose por un bebé, por lo que el rey sugirió que el cuerpo del niño se dividiera en dos, a lo cual la primera mujer aceptó mientras que la segunda lo rechazó, por lo que el rey hábilmente determinó que la segunda mujer, que prefería que el niño viviera y fuera entregado a su rival, era la verdadera madre.

Desde esa mirada la sabiduría debe llevarnos a decidir justamente, en vez de dejarnos guiar por las emociones o falsas apariencias, lo que también conlleva a comprender que esa sapiencia, בִּין bín, entendido, no es solo una suma de conocimientos, informaciones o saberes, sino a la vez, un reconocimiento de estos valores, en nuestros comportamientos cotidianos como hijos del Creador. Y aunque en el caso de Salomón este don se le otorgo cuando era niño fruto que le pidió al Creador le concediera está en vez de riquezas materiales, solicitándole un corazón con mucho entendimiento para gobernar al pueblo y así discernir entre lo bueno y lo malo, nosotros la podemos obtener gracias a su guía.

Por lo tanto, si a lo largo de nuestras vidas deseamos como Salomón que nuestra mayor cualidad sea la de tener una mente con ese entendimiento, debemos orar para que el Espíritu Santo este presente en nuestras continuas reflexiones. El concepto que se lee del hebreo al respecto es lev, shomea, לֵב שֹׁמֵעַ, o sea un corazón que escucha, nos muestra el secreto de dicha sabiduría al entregarle nuestra voluntad a Él para que a través del Espíritu Santo abra nuestro corazón y nos permitamos escucharle, para entender realmente su Palabra y lograr con nuestra mente abierta el ser guiados, logrando que nuestro corazón ya no sea afectado por emociones o falsos conocimientos sino por Él, ya que le escuchamos.

Por otro lado el concepto de Da’at  nos lleva no a lo que se conoce hoy como ciencia, que se entiende como conocimiento mayor o reconocimiento en donde ya hemos introducido ese saber no solo a nuestra mente sino a todo nuestro ser. La palabra da’at proviene del verbo hebreo yadá ידע que significa conocer, pero no en un sentido superficial o intelectual, sino en un sentido profundo e incluso íntimo, por ello lo que llamamos conocimiento hoy en día, está simplemente relacionado con el aprendizaje intelectual y repetición memorizada de un tema específico sino como lo expresa el da’at hebreico, la aplicación de ese aprendizaje siendo esta una invitación a sabernos hijos del Creador.

Ezequiel יְחֶזְקֵאל, nos recuerda que nuestra sabiduría está en la Torá en la cual se nos exhorta a que busquemos aquel conocimiento que va más allá de lo intelectual y tengamos en cuenta que todas las personas podemos aprender algo e incluso repetir de memoria unos textos, pero no se trata solo de memorizar las Escrituras y presumir de un conocimiento sino de lograr el reconocimiento interior que proviene de vivenciar aquello que estamos asumiendo como nuestra única verdad.

El Texto de Textos nos revela en Santiago 3:17, “En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera”.

Oremos para reconocernos como dependientes de la sabiduría divina.

Mi Kabbala – 10 Adar 5784 – lunes 19 de febrero del 2024
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