Mi Kabbala – 18 Nisán 5784 – jueves 25 de abril del 2024

¿Libres?

El Texto de Textos nos revela en Sofonías 3:17, Porque el Señor tu Creador está en medio de ti como guerrero victorioso. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos”.

Bastante nos cuesta aceptar que estamos presos del pecado original y más, que este cogobierna nuestras coexistencias. No es gratuito que en este mundo vivimos presos de conflictos y agresiones que incluso no nos explicamos desde nuestra limitada razón. De allí la importancia de releer los mensajes Bíblicos para asumir que, así como el pueblo Judío estaba esclavo en Egipto y debida de ser liberado, nosotros igualmente debemos hacerlo, ya no por un Moisés, sino por el mismo salvador nuestro Señor Jesucristo, el redentor, גָּאַל gaal, que se crucifico para que logramos ese propósito trascendente.

Se hace complejo el comprender que somos esclavos del pecado, חָטָא kjatá, especialmente porque estamos metidos en él, el cual mora en nuestras oscuras mentes, lo que desde una analogía simple, nos reitera que el pez no reconoce el agua que lo rodea, así como nosotros tampoco el aire o halito de vida que nos alienta y alimenta y menos, el pecado original que envuelve también nuestra carne y del cual estamos presos. Nuestros limitados sentidos y percepciones, así como nuestra finita capacidad mental intelectual no logra siquiera imaginar lo que ello es y menos lo que ese estadio afecta nuestra alma. 

Quizá por ello en la Última Cena nuestro Señor Jesucristo además de demostrarnos que entregaba su cuerpo y su sangre por nosotros, en la búsqueda que nos retroalimentemos de Él como Árbol de Vida y ya no del árbol del conocimiento, nos invitó no solo a orar sino a alabar a nuestro Creador con himnos, Halel הַלֵּל, palabra hebrea que hace referencia a los salmos de alabanza, esos que se cantan especialmente en la noche de la Pascua Judía como parte de la festividad del Seder, los cuales contienen un mensaje de salvación que debe penetrar nuestras entrañas para llevarnos a transformarnos.

La palabra Halel significa alabar y proviene de la raíz Haleluya הַלָּלוּיָהּ, la cual nos motiva a alabar a nuestro Creador, de allí que el nombre del Libro de los Salmos sea Tehilim תְּהִלִּים, los cuales se recitan especialmente el Domingo de Ramos cuando las multitudes proclamaron el ¡Hosanna!: ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Hermoso recuerdo bíblico para darnos una mayor claridad al respecto de lo indispensable que es para nuestras vidas el alabar y el agradecerle al Creador como una forma de acercarnos más a Él y de limpiarnos de tantos pecados que nos sofocan.  

Josue, יהושע‎ Yehōšua, nos llama a vivir esa pascua como una fiesta judía de libertad, esa que nos lleva a dejar a un lado todos esos los lazos que disfrazados de deseos pecaminosos nos alejan de vislumbrar nuestra salvación como principal propósito de esta existencia. No podemos obviar que al seguirnos retroalimentándonos del árbol del conocimiento nos convertimos en nuestros mayores enemigos fruto de alejarnos de beber de la fuente que nos ofrece Él, siendo necesaria esa fe que nos permite cambiar y vencer ya que en ella está la misericordia divina con su providencia y amor.

El Texto de Textos nos revela en Marcos 14:26, “Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos”.

Oremos y alabemos al Creador como una forma de agradecerle por guiarnos.

Mi Kabbala – 18 Nisán 5784 – jueves 25 de abril del 2024
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