Mi Kabbala – 17 Nisán 5784 – miércoles 24 de abril del 2024

¿Primogénitos?

El Texto de Textos nos revela en Génesis 25:34, “Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura”.

El concepto de primogénito bekôr, בְּכוֹר, bekôrâh, protótokos, desde diferentes lenguas nos habla del primer hijo y en el caso del pueblo judío de aquel que redime, lo que traducido a nuestra creencia cristiana es quien pago por nuestro rescate, lo que quiere decir que debimos ir más allá de ese rango o prerrogativa conceptual, para entender que ese ser es el llamado a convertirse en cabeza de nuestra la familia o tribu y quien tiene el derecho de heredar todo liderando pero a la vez sacrificándose por Su familia guiándola.

La historia ha demostrado como desde Esaú, luego Judá, como tribu, que no ha sido valorada esa primogenitura, בְּכוֹר bəḵōr, bejor, por quienes la ostentan, siendo necesario que tengamos un verdadero primogénito celestial que cual José, menor en esa tribu, rescate a todos quienes no entendieron el verdadero significado de ese derecho. Es por ello que la muerte de los primogénitos egipcios de alguna manera indica que hay un solo ser digno de dicha corona y ese ser es nuestro Señor Jesucristo quien representa esa primogenitura celestial.

El pueblo Judío aun hoy celebra con el Ayuno de los Primogénitos, Taanit bejorot, תענית בכורות, que realizan los varones mayores de 13 años, durante la víspera de la festividad judía de Pésaj, el día catorce de Nisán, esa señal de gratitud, conmemoración que tiene que ver con la salvación de los primogénitos israelitas durante la décima plaga con la que el Creador castigó a los primogénitos egipcios, sin embargo, parece que ellos poco comprenden el gran significado de ver al Mesías como el primogénito digno de liderar nuestra familia humana que aún no se reconoce como hija.

Loa mismos hebreos que continúan aún con una serie de ritos, guiados por sus Kohem כּהן, sacerdotes, no logran atender dicha analogía que nos presenta a este ser como aquel que abre el vientre del mundo, asimilándole a ese primogénito que asume el rol de redención de su familia, vislumbrando además a gracias a ello ese servicio sacerdotal, que nos recuerda que dicho privilegio que fue trasferido según esas mismas tradiciones a los hijos de Aarón, lo tiene El quien cumple no solo con ese rol, el mismo que ellos esperan cumpla su Mesías quien los redimirá, devolviéndonos así a todos a ese estadio original.

Al aceptar esa primogenitura de nuestro Señor y Salvador Jesucristo estamos asumiendo como creyentes el verle como nuestro hermano mayor y guía, lo que significa el seguir sus pasos, los cuales Él mismo resumió en un mensaje simple de amarnos los unos a nosotros como el Padre nos ama, tarea que en ocasiones nos cuesta comprender, porque como Esaú עֵשָׂו, esáv, preferimos cualquier plato de lentejas para calmar nuestros deseos mundanos, que aceptar los preceptos y mandatos del Creador con los cuales deberíamos nutrir plenamente nuestros seres y las relaciones que dentro de nuestras coexistencias se dan en esa búsqueda de aceptarnos como hijos del Creador. 

El Texto de Textos nos revela I de Tesalonicenses 4:7, “Porque el Creador no nos ha llamado a impureza, sino a santificación”.

Oremos para que aceptando la primogenitura de nuestro Señor Jesucristo le sigamos amorosamente.

Mi Kabbala – 17 Nisán 5784 – miércoles 24 de abril del 2024
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