Mi kabbala – 19 Adar 5784 – miércoles 28 de febrero del 2024

¿Caer?

El Texto de Textos nos revela en Génesis 3:4, “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe el Creador que el día que comáis de Él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal”.

Lo más simple de la Biblia, es quizá lo más complejo de comprender e interiorizar, producto de nuestro lenguaje limitado y finito, conocimiento, dáat,  דָּ֫עַת, ciencia, que según las Sefirot tiene que ver incluso con lo que debe significar la unión marital, esa que iniciaron Adam y Eva, quienes al probar del árbol del conocimiento o unión entre el bien y el mal, reconocieron en sí que aunque podían elegir el hacer lo correcto, prefirieron las consecuencias de dicha confusión interna y así vivir en un  estado de permanente imperfección terrenal que se traduce en la destrucción de nuestras familias.

Con ello la especie cayó en el mundo de los sentidos, de la seducción de la serpiente, de la atracción de las imágenes, del tomar y probar, colocando ese estado de bondad original a un lado, al perder nuestras facultades y reconocernos a través del mal, el cual tiene según los eruditos la responsabilidad de hacer  posible  la  continuidad  de  la  vida,  que  se  ve  amenazada   allí   donde   éste   desaparece, o sea que sin   el   mal   no   hay   vida   y   tampoco   salvación, sin el mal el bien seria estéril, en donde la serpiente cumplía entonces con un rol preponderante y único de darnos a conocer el mal para que incluso pudiéramos ser realmente semejantes, דְּמוּת demút, al Creador. 

Lo que para algunos estudiosos se traduce en que la caída, נָפַל naphal, era necesaria y que lógicamente hacia parte del Plan del Creador y por ende, la serpiente, creada por Él debía lograr con dichos designios, por lo menos que reconociéramos esos espacios. Así que ella incluso tenía piernas por lo cual algunos la identifican con el mismo Satán, pero más allá de ese debate, respecto a la bestia, la maldición en la que ella misma cayó, era indispensable para que los seres humanos nos reconociéramos a través del mal.  

Quienes profundizan aún más en estos temas dicen que la imagen de la serpiente no puede entenderse entonces como algo negativo y por ello quienes la homologan al diablo nos recuerdan que el mismo libro de Job muestra a los ángeles rindiéndole cuentas al Creador, lo que se traduce en que nuestra caída no es tan grave, más sí un punto crucial para entender la actual visión del mundo, en donde aprendemos a través del mal, ello se deduce además del estudio de la palabra Najash, נחש, serpiente, que significa adivinado, lo que de alguna manera nos permite deducir el por qué se habla de este mundo de las ilusiones.

Manasés, מְנַשֶּׁה Menashshé, olvido, nos ayuda a comprender mejor estos simbolismos y a la misma serpiente a través de aceptar esa nuestra visión ambivalente, reconociendo además que por ser esta criatura engañosa y astuta, es ella a la vez una de las principales responsables más que de nuestra caída, de nuestras distracciones y distorsiones, más también es cierto que esa serpiente cumplía una función, tanto, que hay quienes aseguran que fue creada para ser la asistente personal de Adán y Eva, y por ello era la más astuta de todas las bestias del jardín, lo que quiere decir que fue planeada para acompañarnos en este aprendizaje del camino del mal en donde reconocemos el bien.

El Texto de Textos nos revela en Mateo 10:16, “Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas”.

Oremos para nuestro Creador nos levante en cada caída. 

Mi kabbala – 19 Adar 5784 – miércoles 28 de febrero del 2024
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