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Mi Kabbala – 19 de Adar II -5784 / viernes 29 de marzo del 2024

¿Significados?

El Texto de Textos nos revela en Éxodo 34:28, “Y Moisés se quedó en el monte, con el Señor, cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber nada. Allí, en las tablas, escribió los términos del pacto, es decir, los diez mandamientos”.

Cada letra del alfabeto Hebreo, אָלֶף־בֵּית עִבְרִי, Alefbet ivri, tiene un significado especial, es por ello que su combinación con otras nos ofrece igualmente diferentes enseñanzas, si así lo queremos asimilar, ya que fue el mismo Creador quien con estos signos constituyó todo lo creado y le dio un sentido a nuestras existencias, para que nos recreáramos en Él a través de Su palabra, de allí la importancia de asumir nuestras expresiones lingüísticas como el mecanismo más idóneo para alabarle, bendecirle y acercarnos a Él.

Palabras como Tzum צוֹם, que contienen tres letras, teniendo en cuenta que el hebreo se escribe de derecha a izquierda, nos llevan a vislumbrar en esos signos: tsado, vav y men, una relación, siendo Tsadi, la más hermosa letra de dicho alfabeto, debido a que es una de las siete letras hebreas que contiene en su forma una corona de justicia de tres puntas, lo cual nos incita a alabarle, a dar, fundamento de este mundo. No podemos obviar que las acciones de dar son las que nos integran a los otros y por ende al Creador, así que la justicia a la que hace referencia Tsadi solo se logra cuando damos.

Las tres puntas de la corona, Padre, Hijo y Espíritu Santo, nos llaman por ende a servir, por ello la segunda letra de esta palabra Vav ו, como sonido confirma el anhelo de estar unidos, siendo Vav vertical, por lo cual une las partes respetando su identidad, pero denotando un conjunto. Estamos unidos con el todo, pero contamos con una identidad para poner esos nuestros dones al servicio de dicha unidad. Vav no tiene cimientos lo que nos invita a entender que podemos caer fácilmente si no estamos unidos al Creador. 

Igualmente la letra mem מ, nos enseña al simbolizar una especie de mapa del mar rojo, ese camino que debemos recorrer como los hijos de Israel, errantes durante cuarenta años atravesando este en busca de la tierra prometida, como nuestra tarea diaria en este desierto para que así como ellos aprendamos a confiar en el Creador, quien nos da nuestros alimentos y sustento, siendo necesario que hagamos un pacto con Él y unos acuerdos con nuestros próximos para mantenernos firmes en dichos ideales de servicio atendiendo así todas esas señales que nos ofrece Su Palabra gracias a estos símbolos lingüísticos. 

La letra Tzade צ, nos lleva por ende a Tzum ayuno para decirnos que debemos servir, dejando a un lado el ego que nos lleva a satisfacer solo esos nuestros deseos y atender la Palabra del creador para con cada letra poder asimilar mejor sus señales, lo que implica aportar más en vez de seguirnos apartando del todo, buscando siempre así el bienestar general en donde encontramos los propósitos trascendentes de nuestra coexistencia, lo que quiere decir debemos cuidar de los necesitados, para asumir que dentro de ese todo debemos ser útiles logrando así el integrarnos a Él a través de Su obra, construyendo acuerdos que propendan por esa armonía que reflejamos desde nuestros seres interiores.

El Texto de Textos nos revela en Romanos 12:2, “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

Oremos para que el espíritu Santo le de un nuevo significado a nuestras palabras y existencias.