Mi Kabbala – 20 Kislev 5784 – Lunes 4 de diciembre del 2023
¿Suponer?
El Texto de Textos nos revela en Levítico 26:12, “Andaré entre vosotros y seré vuestro Creador, y vosotros seréis mi pueblo”.
El desorden y el vacío, Tohu va-bohu תֹ֙הוּ֙ וָבֹ֔הוּ, son de alguna forma las primeras expresiones Bíblicas que más especulaciones y suposiciones nos generan, ya que como fragmentos de esa contracción para crearnos, poco comprendemos que esas partículas en sí son esencia divina lumínica, que nos motivan a hacernos conscientes de acercarnos e integrarnos a Él para nuevamente llenar Su todo logrando con ello que esa visión actual distorsionada de la realidad producto de esos desconocimientos y de la desconexión con Él lo cual nos sigue llevando equivocadamente a perpetuarnos en nuestras desorientaciones y explicaciones al respecto de la misma vida.
Todo tiene un orden עָרַךְ arak, pero nuestra lejanía producto de nuestro pecado hizo que pasáramos de lo ilimitado e infinito del YO SOY a lo limitado y finito de nuestro Yo exterior: egocéntrico, lo que implica que vivamos confundidos y por ende denotando ese vacío y soledad existencial que nos sofoca y que se percibe más grande y poderoso de lo que es, siendo quizá esta la razón fundamental para que vivamos de deseos e ilusiones y metidos en una especie de caverna mental en donde nos proyectamos hacia un exterior alucinante llenándonos de más especulaciones tenebrosas.
Hoy conocemos todo tras dicho velo (סוה sawah cubrir), un Yo ilusorio que ha fragmentado ese desea unificador en chispas de luz imaginarias que sin embargo pretenden reintegrarnos a la Luz del Creador, pero se dejan atraer por diversos tipos de espectros a los que sin poderse vincular los perciben lejanos: como partes, distrayéndonos al fijar nuestra visión en esa serie de objetivos que cual luminarias artificiales solo nos separan aún más de todas las posibilidades que podemos encontrar a diario sinos reenfocáramos interiormente en lo que es necesario e indispensable para el crecimiento de nuestro alma.
Quienes nos llaman a santificarnos, mekuddash מקדש, nos están llamando a vincularnos con todo y con todos a través del amor, sin embargo la forma como suponemos debe ser este es solo emocional producto de nuestras ideas fragmentadas al respecto de la vida, con todo y ello nuestras propias búsquedas claman porque nos conozcamos a nosotros mismos, lo que nos lleva además a buscar nuestra esencia, a comprendernos como un sistema articulado al que pertenecemos y además nos debemos, en fin a reconocernos como hijos del Creador y por ende útiles a Su obra.
Roboan רְחַבְעָם, Rəḥaḇʿām, como hijo de Salomón, es el mejor ejemplo de cómo la riqueza nos hace débiles y terminamos llenando nuestro vacío existencial con ilusiones, dejándonos guiar por esos satisfactores intrascendentes que solo nos encadenan a placeres temporales que incluso motivan nuestros instintos, obviando que debemos amar y vincularnos con esos otros y así integrarnos al todo haciéndonos parte de lo creado, y al plan general de retorno a través del cual lo único que se nos pide es el dejarnos guiar por la Palabra para no ser más los hijos pródigos desobedientes.
El Texto de Textos nos revela en I de Tesalonicenses 5:9, “Porque no nos ha puesto el Creador para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, 10 quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con Él. 11 Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis”.
Oremos para que pronto nos demos cuenta de quiénes somos.