Mi Kabbala – 21 Kislev 5784 – Martes 5 de diciembre del 2023

¿Caña?

El Texto de Textos nos revela en Éxodo. 2:5, “Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste”.

Canaán כְּנַעַן Kanaʿan; es quizá uno de los territorios que más conflictos ha generado dentro de nuestra historia terrenal quizá porque poco se comprende que esa tierra sagrada entregada al pueblo Judío por nuestro Padre Celestial, significa simplemente nuestro tránsito hacia la prometida, necesitando para ello el alejarnos de los comportamientos que como hijos pródigos desobedientes nos impiden retornar a Su lado para poder disfrutar de todo lo que ha creado para nosotros y que tristemente hemos despreciado simplemente por estar distraídos en otra serie de realidades que poco tienen que ver con ese plan.

Probablemente por ello palabras como caña nos ofrece un significado especial desde su etimología latina, canna, que viene del griego κάννα y que denota algo más que ese cálamo de escribir o estera, cerca o cesto de junco, incitándonos a proyectar esa especie de canal que vislumbrado desde las analogías Bíblicas nos indica el cómo esa caña, que salvo la vida de Moisés de alguna manera también simboliza nuestra salvación y nuestro paso a la tierra prometida, Adamah אֲדמָָה.

Incluso cuando nuestro Señor Jesucristo hizo su primer milagro de convertir el agua en vino durante una boda, se encontraba en la ciudad de Caná de Galilea, pueblo que apenas se menciona en las Escrituras, pero que evoca nuevamente ese concepto caná קנה o carrizo, hierba alta y fuerte que crece en los humedales, similar al bambú, relacionándonos así con el lugar en donde fue encontrado el héroe del Antiguo Testamento, Moisés por parte de la hija de Faraón, proceso que implica entonces nuestra libertad como creyentes desde aquella canasta junto a ese carrizal, llevándonos finalmente a nuestra boda con Él.

Lecturas diversas que nos permiten comprender cómo fue primero exaltado por las cañas al comienzo de su ministerio, final de su vida, pero a la vez sufrió a través de estas para salvarnos (יֶשַׁע Yesha) y no es coincidencia tampoco que aquellos soldados que se burlaron de Él al vestirlo de rey de los judíos le colocaran además de la corona de espinas, una caña en su mano en lugar de un cetro, objeto con el cual más adelante le golpearon y que fue parte de los últimos momentos antes de su muerte en la cruz, dándole de beber de una esponja empapada en vinagre unida a una larga caña.

Misterios que nos reiteran que como Aaron (אַהֲרוֹן ’Ahărōn)hermano de Moisés estamos llamados a entender que en todo encontramos señales para reinterpretar ese lenguaje simbólico a través el mismo Espíritu Santo nos puede guiar para iluminar nuestros caminos en pro de integrarnos más y más como hermanos a través de esta obra de la Creación en donde nuestro Padre Celestial anhela con estas pequeñas enseñanzas que comprendamos que nuestro destino final más que en la tierra de Canaán está en Su tierra prometida.

El Texto de Textos nos revela en Juan 2:1, “Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora”. Oremos para que el Espíritu Santo ilumine nuestro entendimiento.

Oremos para que el Espíritu Santo ilumine nuestro entendimiento.

Mi Kabbala – 21 Kislev 5784 – Martes 5 de diciembre del 2023
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