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Mi Kabbala – 21 de Adar II -5784 / domingo 31 de marzo del 2024

¿Ascender?

El Texto de Textos nos revela en Génesis 28:12, “Allí soñó que había una escalinata apoyada en la tierra, y cuyo extremo superior llegaba hasta el cielo”.

La Biblia nos cuenta que Jacob fue obligado a huir de la Tierra de Israel y en medio de su travesía se quedó dormido y esa noche en ese lugar soñó con una imagen misteriosa, sobre la cual, incluso hasta hoy, los estudiosos debaten con respecto a su significado ya que aunque parece claro para cualquier lector desprevenido, que dicho sueño se trataba de unos ángeles que suben y bajan a través de una escalera, סֻלָּם sullam, al Cielo, los estudiosos nos dicen que muy pocas personas comprenden realmente lo profundo y lleno de sentido de dicho recuento y todo lo que de este podemos aprender.

Y aunque es claro que dicho sueño de Jacob puede tener muchas y diversas interpretaciones, algunos eruditos nos dicen que es importante recibir como lección de ese suceso que nuestras vidas espirituales deben seguir un patrón, que nos coloca en ocasiones arriba de dicha escalera y en otras abajo, pero siempre teniendo muy claro que nuestras coexistencias deben alcanzar el Cielo, סֻלָּם יַעֲקֹב Sūllām Ya’aqōv, lugar de retorno final del cual nos separamos fruto del pecado, siendo necesario para ello que actuemos conforme a los preceptos divinos.

No perdamos nunca de vista que nuestras vivencias incluso las que no tienen apariencia de espirituales nos hacen ascender o descender por esa escalera de la vida, aquella misma que soñó Jacob y que se asegura construyó nuestro Señor Jesucristo. Lo que se traduce además que en ese devenir necesitamos de apoyos espirituales para que nuestro tránsito por esta tierra logre el objetivo de retornarnos a esa nuestra morada celestial, ya que esa escalera representa dicho fundamento que requerimos para ascender, נָשָׂא nasah, como conexión con nuestro Padre Celestial o de lo contrario nos quedaremos atados en este sueño terrenal eternamente.

El Espíritu Santo para nosotros los creyentes nos apoya y guía en esos propósitos. La palabra hebrea que nos da más luces al respecto y que contextualiza este versículo es mutzav מֻצָּב, apoyar, la cual proviene de la raíz: para ser firme, inquebrantable.  Lo que en términos generales nos invita a que comprendamos que nuestra espiritualidad debe estar arraigada y firmemente apoyada en el suelo, en nuestra roca de salvación, nuestro Señor Jesucristo, antes de poder escalar o de lo contrario ni siquiera reconocemos esa escalera celestial que nos lleva a esa puerta estrecha de nuestra redención.

Ezequiel  יְחֶזְקֵאל Yejezkel, como profeta nos reitera que nuestra fortaleza espiritual tiene que ver con esa esperanza que nos llama a ascender, o de lo contrario como nos lo dice su palabra está demostrado que podemos descender ósea quedarnos en este sueño terrenal, fruto de no acatar los preceptos y mandatos que nos dejó como base nuestro Creador y que implican que debemos ser firmes a la hora de tomar decisiones con respecto a nuestras interrelaciones e interacciones o de lo contrario, nuestro inconsciente reprogramado por el pecado nos llevará a otros espacios ilusorios en donde nuestros sueños se convertirán en nuevas pesadillas.

El Texto de Textos nos revela en Colosenses 3:2, “Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra”.

Oremos para que sabiéndonos en el suelo, el Creador nos guie hacia el cielo.