Mi kabbala – 22 de Adar II -5784 / lunes 1 de abril del 2024

¿Algoritmos?

El Texto de Textos nos revela en Joel 3:14, “Muchos pueblos en el valle de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la decisión. 15 El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor”.

Un algoritmo es una secuencia de instrucciones a través de la cual se solucionan ciertos problemas aritméticos, por lo cual hay quienes aducen desde esa analogía que las letras hebreas originales cual números contienen gracias a un orden, esa especie de lenguaje lumínico simulado que coordina nuestros seres para poder encontrarle sentido a nuestras coexistencias, siendo esos símbolos cual jeroglíficos señales para reorientarnos, qédem, קֶדֶם, por lo cual letras hebreas como la kaf,nos llaman a comprender que somos como una especie de recipiente, muestra de ello es como al orar la posición de nuestras manos se encorvan hacia el cielo, proyectándonos el cómo retener mejor esa Luz.

Kafכּכo ך, o Caph, que según los fenicios dio origen a la letra kappa, Κκ del alfabeto griego, con sus equivalentes en el alfabeto cirílico, denota para los creyentes ese destello que simboliza que con Su mano tendremos la ayuda para nuestras pruebas, בָּחַן, bachan, aceptando además estas, lo que se traduce en que debemos asumir además de las reflexiones que se nos proponen a través de la gematría, la guía del Espíritu Santo para entender que al recibir las bendiciones del Creador, reposamos en ese fuego divino, de lo cual nos habla también otra letra: iod, Yód o Yúd (י). 

Quienes suponen que en nuestras palmas está inscrito ello y mucho más, nos reiteran que a través de esas señales podemos palpar sus manifestaciones, gracias a comprender que estamos prestos con ellas a vivir conforme a los diez máximos preceptos del Creador, manos, יָד yad, lo que se traduce en que nuestros puños cerrados nos invitan al conflicto, pues no recibimos y por ende tampoco estamos dispuestos a dar de esos nuestros dones y sus frutos, llamándonos a ser conscientes de la necesidad de ser útiles al Creador a través de su obra colocando nuestras manos a Su servicio.

Quienes estudian a fondo la combinación de estas y otras letras originales hebreas afirman además que la palabra kabódכָּבוֹד, gloria, por ejemplo, nos simboliza desde su primera acepción: “dar peso”, por lo que, según una exégesis tradicional, se puede interpretar que cuando glorificamos a nuestro Creador, estamos dándole prioridad a Él o sea, integrándonos a su Espíritu, permitiéndonos cohabitar con Él en ese lugar santifico interior que de alguna manera cual templo nos conecta a través de nuestras oraciones.

Enseñanzas que podemos obtener gracias a reflexionar profundamente en las luces que nos dan estos símbolos y letras que constituyen nuestras palabras, de las cuales se desprenden nuestros saberes, por lo que términos como keilah, קְעִילָה Queilah, que algunos leen como destrucción, se convierten en otra invitación para que destruyamos nuestros egoísmos y toda esa amalgama de sentimientos adversos que nos impiden dar y nos propongamos mejor dejar de pedir para recibir, tarea que implica el no dejarnos confundir por algunas palabras y sus contrasentidos, sesgando nuestras interpretaciones.

El Texto de Textos nos revela en Lucas 4:18, “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año agradable del Señor.”

Oremos para que nuestras confusas palabras sean ordenadas por Su palabra.

Mi kabbala – 22 de Adar II -5784 / lunes 1 de abril del 2024
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