Mi Kabbala – 21 Tishrei, 5784 – Viernes 6 de octubre del 2023

¿Plan?

El Texto de Textos nos revela en Ezequiel 1:4, “Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente, y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y esta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas”.

Tsimtsum צמצום o contracción, se refiere a un espacio de autolimitación del Creador minimizando la intensidad de Su Luz en relación a toda su capacidad para crearnos y que nuestro mundo, Keli, recipiente, manifestado a través de las Sefirot nos permita tener autonomía, por lo que esos Igulim o círculos concéntricos, generan una especie de rotura de los receptáculos que posibilita nuestra coexistencia en esta dimensión lo que significa que el Creador tiene un plan, en donde lo que calificamos como malo tiene que ver con esa pruebas que fruto de dicha separación se nos proyectan para que decidamos si nos dejamos guiar por su voluntad o preferimos nuestra desobediencia.

Se cree que fueron seiscientas mil chispas de la Luz del Creador las que disperso como almas aquí en la tierra, multiplicándose estas en los miles de millones de personas en el planeta que comparten esa chispa, ya que de dicha unidad nació la multiplicidad, por lo cual Él mismo luego se encarnó para rescatarnos, dándonos más Luz así como Su misericordia y redención. Ya que es a través de esas formas o planos que vamos reconociendo nuestra eternidad, siendo incluso esos ángeles, malakh, malaj מלאך, como seres espirituales diferentes a nosotros, quienes nos reiteran con mensajes de ese plan y orden.

Hoy estamos en un plano intermedio entre los ángeles caídos o Tachatonim que moran en una dimensión baja en donde lo alejado Sheddim prolifera, huestes del pecado, por lo cual se visiona una especie de guerra espiritual con los Elyonim la cual no percibimos, más todo ello se encuentra dentro de ese plan divino que nos posibilita el ascender haciéndonos consientes de nuestra esencia, para que tal como los diez arcángeles cumplamos con nuestra función de alabar, de agradecer y de bendecir, en correspondencia con cada una de las Sefirot, pues aunque Él permanece Inalterado en su origen, está en la creación, más la Creación no es Él, o sea esa parte inactiva está en Él llevándonos a reconocernos.

Debido a su rectitud, Enoc, así como otras personas justas que vivieron después de él, fueron llevados al cielo, trasladados, arrebatados, sin sufrir la muerte física, como otra forma de recordarnos que esta dimensión terrenal está dentro de Su plan como otra herramienta del Altísimo para completar Su obra, dependiendo es sí de nuestra voluntad al recrearnos de una forma u otra en ella, hasta integrarnos o no nuevamente a Él, por ende como fragmentos de esa luz, aunque estamos llenos de deseos e intenciones que nos movilizan estos nos llaman a que nos unifiquemos plena y voluntariamente a Él, siendo nuestra mente ese recipiente que articula lo espiritual y lo físico.

Nuestro cuerpo fallece para denotarnos que al final tras dicha transición, vivíamos en la dimensión de la ilusión, ficción, que se experimenta hasta que el alma logre hacerse consciente y alcance la unión total con el Creador, libre de la muerte y el dolor, transformación que hoy nos cuesta comprender, fruto que continuamos apegados al mundo material de lo ilusorio en donde no nos reconocemos gracias a dicha separación.

El Texto de Textos nos revela en I de Juan 2:17, “El mundo se acaba con sus malos deseos, pero el que hace la voluntad del Creador permanece para siempre”.

Oremos para aceptar su voluntad y dejarnos guiar de Él.

Mi Kabbala – 21 Tishrei, 5784 – Viernes 6 de octubre del 2023
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