¿Cuentas?
El Texto de Textos nos revela en Isaías 40:22. “Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. 23 El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana”.
Somos siervos עָ֫בֶד, ebed, del Creador y todo gira entorno a Él, pero preferimos ser esclavos del pecado y quizá por ello nuestros movimientos terrenales están atados a la gravedad que hace que nuestros traslados sean lentos y que mudarnos de un lugar a otros requiera de algún vehículo y que no nos demos cuenta que nuestro eje es Él y no ese ego que simplemente nos distrae llevándonos a que tengamos en cuenta lo exterior y que además esas mismas cuentas nos inunden de cifras que poco tienen que ver con lo que realmente debería contar para nuestro verdadero crecimiento integral.
Los movimientos de rotación y traslación que afectan algo mas que nuestra corporalidad nos hacen que contemos el tiempo de acuerdo a una velocidad preestablecida que aunque no encaja con la eternidad en su simetría nos proyecta un modelo de pensamiento totalmente coherente a nuestros conceptos de tamaño, forma y posición así como con un sistema en donde nuestro magno universo parece ofrecernos un sentido y no otro, siendo necesario orientarnos de acuerdo a la guía de nuestro buen pastor, רָָאה, ra´ah.
En este universo todo se articula y complementa más que a unos movimientos elípticos en donde el eje de la tierra se inclina denotándonos que es el Creador quien con su luz le da hasta al sol esa tarea de darnos sus señales para que reconozcamos que aun en el solsticio de verano están sus llamados, esos que hacen que en esos días más largos en donde parece que el sol se detuviera o en los de invierno en donde las noches parecen interminables, reconozcamos la necesidad de Él para que ese equinoccio sea el reinicio de nuestro otoño o de una primavera que nos incite a asumir que hacemos parte integral de esa su magna obra y lo que nos mueve es su fuerza, Chayil, חָ֫יִל.
Josue ספר יהושע, Sefer Yehoshúa, nos explica a través del Texto de Textos que todos esos movimientos de los que hacemos parte y que afectan nuestros seres inconscientemente dependen de Él por lo que todo nos incita a retornar a nuestro estado original en donde fluimos y vibramos armónicamente con toda la Creación, de lo contrario la materia de la que hacemos parte con nuestro cuerpo, vivirá en continua confrontación con sus entornos, esos que llaman nuestra atención para que nos movamos conforme a dichas frecuencias de la luz divina la cual es la que mueve realmente todo.
Desde esa mirada debemos buscar que cada uno de nuestros movimientos conscientes se articulen a dicha movilidad universal así como a cada ciclo renovador para que nuestros conteos y sus reinicios atemporales nos aporten con sus estaciones y diferentes fenómenos visionándonos un giro diario que nos lleve a estar más cerca del Creador y sus propósitos, ya que al hacer parte integral de un único universo יקום, ye-kum y de esta única creación que se mueve gracias a Su Espíritu debemos entender que todos nuestros movimientos voluntarios o no se deben articular a Él para que coexistamos en Su armonía.
El Texto de Textos nos revela en Romanos 10:17, “así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra del Creador. 18 Pero digo: ¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y hasta los fines de la tierra sus palabras. 19 También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice: yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo; con pueblo insensato os provocaré a ira”.
Oremos para que cada giro del sol nos llame a rendirle cuentas a Él.