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Mi Kabbala – 29 Shevat 5784 – viernes 9 de febrero del 2024

¿De carnaval?

El Texto de Textos nos revela en I de Reyes 18:25, “entonces Elías dijo a los profetas de Baal: Escogeos un buey, y preparadlo vosotros primero, pues que sois los más; e invocad el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo. 26 Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: !!Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese”.

Históricamente nos hemos llenado de celebraciones para conmemorar o festejar algunos acontecimientos que consideramos importantes para nuestras vidas de acuerdo a nuestras diversas creencias, lo que desde ya nos invita a reflexionar al respecto de qué cosas deberíamos festejar y cuáles no, como a la vez, la forma como lo queremos hacer, para quizá con esa actitud enaltecer ese maravilloso recuerdo, lo que se traduce en que no vale la pena embriagarnos porque sí y menos en festejar lo que no amerita, ya que en el fondo todos los días יוֹם yom son para dedicárselos a Él.

Tras esa perspectiva el concepto de baal, בעל‎ bá`al, que en nuestro idioma nos lleva a la palabra carnaval más que invitarnos a la fiesta en donde las personas disfrutan de múltiples actividades, debería incentivarnos a ver un único amo: el esposo de la iglesia. Sin embargo algunas creencias de esas que iniciaron en la Italia medieval le dieron a dicho termino connotaciones a celebrar comiendo carne como plato primordial de aquella festividad llevando a la Iglesia Católica que interviniera para prohibir la carne y gracias a dicha prescripción obligatoria para todo el pueblo, nació la Cuaresma.

Quienes piensan por el contrario que baal es el demonio, obvian que hay un solo Creador por lo que desde esa mirada nuestras festividades incluso las religiosas no deben visionarse desde perspectivas paganas nacidas en el Imperio Romano, que relacionaban todo a festividades Saturnales, en donde se ofrecían diversos tipos de sacrificios que hoy observamos culturalmente como normales, que llevaron a darle al termino Baal-Zebub,  בַּעַל זְבוּב en Hebreo señor de las Moscas, el mismo significado que a Beelzebú, en griego Príncipe de los demonios, uniendo conceptos de Baal y Zebul para rendirle tributo a él.

Desde esa mirada hay quienes aseguran que carnaval significa carne para Baal, y que por lo tanto, en este tipo de festividades se le rinde tributo de diversas formas a todo lo absurdo de este mundo, siendo necesario por ello que reflexionemos si vale la pena enfatizar nuestros placeres y diversiones en dichas festividades paganas o si por el contrario preferimos enfocarnos en todo aquello que enaltezca la vida y al Creador: nuestro amo, lo que significa que como sus siervos עָ֫בֶד ébed, estamos llamados a obedecerle.

Lot לוט, lut, nos invita a revisar si nos dejamos llevar por la cultura de los carnavales que con sus coloridos desfiles llenan las calles de música y folclor, los que desde sus orígenes y fines afectan el cómo celebramos o hacemos tributo diario al Creador al enfocarnos en alabarle conmemorando espiritualmente todo lo que nos ratifica que tenemos un amo: nuestro Señor Jesucristo, quien nos rescató de este mundo de lujuria.

El Texto de Textos nos revela en Colosenses 2:8, “mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad”.

Oremos para que a diario celebremos el acercarnos más y más a Él en vez de seguir de espaldas, distraídos.