¿Voluntad?
El Texto de Textos nos revela en Isaías 9:2, “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos”.
Nuestros deseos חֲשָׁקִים jashakim y las intenciones que estos movilizan implican que esa luminosidad nos llame a buscar en nuestro interior el integrarnos más y más a ella, proyectando ese anhelo en nuestros entornos, sin embargo frente a la oscuridad que nos sofoca en nuestras mentes que reciben esa Luz, transformando esas chispas de Su palabra en diversos tipos de energía desorientando nuestras coexistencias, para lo cual es indispensable el corregir el rumbo de todas esas percepciones que haciendo parte de nuestras confusiones egocéntricas nos están haciendo seguir a ciegas por los caminos que Él mismo diseño para que cogobernáramos nuestra voluntad gracias a Su guía.
Antes del mismo tiempo, al comienzo, la iluminación nace como voluntad, רָצוֹן ratzón, que siendo original del Creador nos la otorga, lo que quiere decir que esa nuestra Voluntad es el origen de todo, la llave para cruzar de esta dimensión del pecado donde nos separamos voluntariosamente de Él y retornar a su lado, la misma que confundimos con deseos fragmentados gracias a una elección emocional que necesita de nuestra racionalidad para elevar nuestro entendimiento a Keter, Corona, en donde le devolvemos el control de esta al único que puede armónicamente coordinar esta: nuestro Creador.
La palabra MAL en hebreo se dice RA, רע, lo que para algunos estudiosos significa por sus iniciales que derivan en ratzón atzmí o voluntad egoísta, que fruto de ese libre albedrio Él nos permitió que o creáramos todo o lo destruyéramos, libre elección que depende solo de nosotros, siendo ese el origen del deseo bueno o malo, de las decisiones positivas o negativas, de las emociones tóxicas o creadoras, para que al final comprendamos que todo en este mundo es obra de nosotros y que en ello radica nuestra libre elección, la de buscar dentro, en esa nuestra voluntad real que se se hace luz a través de Su Palabra, esa movilidad de nuestra energía como seres interdependientes dentro de este universo.
Jojmá Chokmâh חכמה, sabiduría, como segunda Sefirá logra con Biná Comprensión, mostrarnos esas fuerzas que necesitamos como masa crítica y sistema, para promover la armonía que implica el vernos, sentirnos y aceptarnos como un todo, comprendiendo que al mover nuestra voluntad reproducimos choques energéticos que debemos buscar se articulen al todo, siendo necesario que aprendamos a compartir en vez de competir, para que nuestras oscuridades criticas interiores, nos denoten que somos seres de luz llamados a integrarnos, a acércanos, a armonizarnos tal como nuestro Señor Jesucristo nos lo pidió: ver la luz divina como amor, vinculo perfecto que reorienta nuestras emociones y razón.
Nuestra voluntad se hace Palabra, luz, energía en movimiento, necesitando de la guía de esa luz Superior para salir del caos en que nos recreamos por no vislumbrar Su armonía, lo que conlleva a hacernos conciencies de tantas inconciencias fruto de nuestras ignorancias irracionales de la cual estamos presos y esclavos voluntariamente, reconociendo nuestros errores para caminar unidos sumando voluntades a la Superior en vez de seguir a baál o a belcebú בַּעַל זְבוּב quien como alucinación toma nuestra bejirá, libertad hasta enseñarnos a distinguir entre lo que está bien y esta mal.
El Texto de Textos nos revela en I de Pedro 5:6, “humillaos, pues, bajo la poderosa mano del Creador, para que él os exalte cuando fuere tiempo”.
Oremos para que todo rayo de luz nos invite a amar la Creación.