¿Crear?
El Texto de Textos nos revela en Job 6:24, “Enseñadme, y yo callaré; Hacedme entender en qué he errado”.
Creamos, qal, bara בָּרָא, y nos recreamos a través de nuestro lenguaje, combinación de imaginarios que construimos a través de dichas letras que se fusionan para llenarnos de chispas de luz: palabras con las cuales consolidamos unas expresiones y nuestras realidades imaginarias, las mismas que a diario vivenciamos y proyectamos a través de nuestros intercambios comunicacionales dándole a estas unos significados que a su vez le dan uno y no otro sentido a nuestras coexistencias, al interpretarlas como experiencias clasificadas por nuestra memoria como buenas o malas.
Lo que quiere decir que nuestra voluntad depende de las intenciones que nos reproducen estas creencias las cuales dan por sentado algo como verdadero, como real, como cierto, solo porque hace parte de dicha narración ancestral milenaria, proyectando dichos conocimientos y sus alucinaciones de tal forma que constituyen no solo un modelo mental o forma de pensar sino la clasificación de lo que reconocemos como vida, Chayim, chay-iem, חיים, lo que implica que todo lo que pensamos solamente tiene que ver con esas chispas de luz que reproducen gracias a nuestro lenguaje unas imágenes que interpretamos como únicas y reales fruto de nuestra sesgada percepción.
Siendo nuestra mente la que en su vacío permite estas proyecciones lingüísticas, las mismas que irrumpieron cuando Él exclamó: “hágase la Luz, iehi or, יְהִי אוֹר”, generando una explosión de luz que rompió la oscuridad cósmica y por la todo se iluminó, siendo Su Palabra la que genero el movimiento de dichas letras por Él pronunciadas para que esas chispas proyectaran todo lo que Él quería crear incluyéndonos a nosotros, que con nuestra verbalización nos recreamos, interpretando una realidad al deletrear cada una de esas expresiones que proyectamos como imaginarios, ilusiones y anhelos.
Su Palabra תורה, Tora, implica en el fondo esas señales de Luz que nos guían para que al deletrear, leer, pronunciar, cantar y comunicarnos, acercarnos más a Él dándole formas a nuestras coexistencias, al hacernos conscientes de todo lo que realmente significa ese sistema narrativo que consolida nuestras vivencias, dándonos una perspectiva que debemos ir entendimiento poco a poco al iluminar con su Haz de Luz nuestro entendimiento permitiendo así que nuestros pensamientos con cada nueva idea nos direccionen hacia Él en vez de seguir distraídos en aquellos fragmentos lumínicos egocéntricos.
Joel יואל, Yw Ēl, nos llama a creer y a confiar en ese Creador usando nuestro lenguaje para ello cambiando esa reprogramación milenaria que ha constituido incluso esa imagen humana en donde no nos reconocemos como sus hijos por lo cual nuestra pantalla interior nos lleva a diario combinar expresiones que nos proyectan otra realidad dándole a nuestro entendimiento conceptos dispares al respecto incluso de esos términos originales que el Creador nos entregó en su Palabra y que por estar distraídos en nuestras alucinaciones obviamos necesitando que sea el Espíritu Santo quien nos los traduzca.
El Texto de Textos nos revela en Mateo 12:36, “Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado”.
Oremos para que nuestras palabras reflejen nuestra conexión al Creador.