Mi Kabbala – 9 Shevat 5784 – Sábado 20 de enero del 2024

¿Manto?

El Texto de Textos nos revela en I de Reyes 19:19, “partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto”.

Con el paso de los años nuestros vestidos han ido perdiendo la importancia que el Creador quiso estos tuvieran, al cubrir nuestras vergüenzas y pecados para lo cual sacrifico un cordero, así es como cada vez más nos escondemos en nuestros disfraces con los cuales no logramos encubrir dicho pecado y las contradicciones que genera, lo que implica que revisemos muy bien esos mantos con los cuales cubrimos, כָּסָה kasá, nuestro ser para saber si realmente nos están ayudando o no para presentarnos ante el Creador.   

Desde los tiempos antiguos, hemos usado sobre nuestro ser un ropaje que nos cubre y protege, sin embargo parece que las capas rugosas para el mal tiempo como vestimenta a la que se le llamaba me’il מְעִיל, concepto que viene de aderet אַדֶּרֶת, capa, contienen algo más que el privilegio que denotaban algunos seres como valor social, ya que el mismo profeta Elías termina dejando en las manos de Eliseo, este instrumento o símbolo denotándonos como creyentes la necesidad de cubrirnos como condición especial para acercarnos a nuestro Padre.

No perdamos de vista que nuestro Señor Jesucristo también fue envuelto en un manto lo que para algunas personas significa que estamos llamados a vivir cerca del Creador cubriéndonos con su Palabra para que esta nos guie correctamente y de esta forma integrarnos a Él a través de su obra, visión que poco nos dice hoy, sino somos capaces de asimilar gracias a la raíz hebrea ADR אדר, glorioso, que no se trata de un estatus elevado de alguien, por el uso de dicha capa sino de un símbolo para cubrirnos y así acercarnos al Creador, lo que le da un nuevo sentido incluso a nuestras ropas.

Manto que como mensaje divino nos invita a comprender que dicho objeto no solo es un símbolo de autoridad o esta imbuido en su caso de un poder curativo y espiritual, sino que a partir de su muerte y resurrección ya los seres humanos podemos acercarnos al Creador sin tener que cubrirnos con ese tipo de ropaje, capa o manto, ya que en su crucifixión este fue rasgado, qara˓ קרַַע, violentamente en cuatro pedazos por los soldados romanos, para denotarnos que ahora los creyentes solo nos debemos cubrir con la fe en nuestro Señor Jesucristo.

Simbología que nos invita en todo su concepto a comprender que aunque debemos vestirnos de tal forma que agrademos al Creador y podamos acercarnos confiadamente a Él, lo más importante es acercarnos a través de la sangre de su hijo, que murió por nuestros pecados para que ya no tuviéramos que estar alejados de Él, avergonzados, sino que ahora sin necesidad de cubrirnos con todo tipo de mantos o capas nos sepamos nuevamente partes de su obra y por ende dignos de su amor, prestos a retornar a casa בָּ֫יִת, bayith.  

El Texto de Texto nos revela en Juan 19:23, “cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. 24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura”.

Oremos para que Jesucristo nos cubra con su manto de Salvación.

Mi Kabbala – 9 Shevat 5784 – Sábado 20 de enero del 2024
Scroll hacia arriba