¿Secuencialidad?
El Texto de Textos nos revela en Oseas 3:5, “Después los hijos de Israel volverán y buscarán al Creador su Señor y a David su rey; y acudirán temblorosos a Él y a su bondad en los últimos días”.
Nuestro tiempo nos demuestra que la suma de nuestros instantes de vida, desembocan en una secuencialidad de hechos, lo que nos invita a tener en cuenta cada cosa, cada palabra, cada detalle, para entender mejor esa nuestra coexistencia, por ello desde Adán como primer hombre a través del cual se nos dio vida como especie, estuvimos condenados a seguir su camino de pecado hasta la llegada del postrer Adán, Jesucristo, quien con su Espíritu nos dió ese retorno a la vida eterna.
Tema complejo, debido a que algunas lecturas regularmente no nos dicen mucho al respecto, todo porque no entendemos esa secuencia de palabras y de la vida que contienen algo más que conceptos que como el de hombre, אדם, nos debe llevar a visionar en esos tres simbólicos signos, A-D-M, casi que el acróstico de nuestras realidades, ya que esa vida de Adán, resume la historia de nuestra humanidad, siendo necesario que a su vez alineemos esta secuencia genealógica atraves de la Fe en Jesucristo, para que con esas pautas de vida podamos comprender que aunque caímos en el pecado, ya somos libres.
Para entender un poco más este tipo de perspectivas podemos incluso releer la historia Bíblica de David y con ella reinterpretar la secuencialidad de su vida gracias a los nombres de los cinco gigantes filisteos que tuvo que derrotar. Secuencialidad que va más allá de lo que para algunos puede ser una simple coincidencia y que sin embargo hace parte realmente de las Dioscidencias y causalidades divinas.
El primer guerrero a enfrentar fue Goliat, galut גלות que significa exilio, cuando fue obligado a huir de Saúl, el segundo, Ishbi-Benob, habitante de la montaña, en donde tomó el trono y trasladó su capital a Jerusalén, convirtiéndose en así en un habitante de la montaña de Sión, el tercero, Saph סף, umbral, explica que Él erigió el tabernáculo, más allá de cuyo umbral se depositó el Arca, el cuarto, Lahmi, guerrero fue como se desempeñó en la siguiente parte de su vida para finalmente en el quinto momento luchar con ese guerrero sin nombre para algunos, que provenía de la ciudad de Gath גת, lagar, rebelión despiadada de su hijo Absalón en la cual fue presionado hasta los límites. Así entonces se presenta su progresión de ser un pastor al ser el rey más grande de Israel.
Los que profundizan en este tipo de estudios nos dicen que la primera letra alef, א, significa también Abrahán, padre de nuestra Fe o sea primer hombre en adorar al único Creador verdadero, por lo que al seguir esa secuencia la segunda letra es dalet, ד, que puede significar también David, el más grande rey de Israel y el antepasado directo del futuro Mesías, siendo entonces la tercera letra, mem, מ, fundamental ya que Mashiaj es el rey salvador mesiánico ungido que liberará a la humanidad en el Final de los días o sea Jesucristo, mostrándoseos así nuevamente esa secuencia mesiánica que sustenta nuestra fe y a través de la cual los creyentes somos salvos.
El Texto de Textos nos revela en Hebreos 1:2, “en estos últimos días nos ha hablado por {su} Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo”.
Oremos para que cada instante de nuestras vidas nos comunique nuestra necesidad de depender plenamente de Él.