Mi Kabbala – Av 13, 5783/Martes 1 de agosto del 2023.

¿Original? 

El Texto de Textos nos revela en II de Reyes 18:26, “entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque nosotros lo entendemos, y no nos hables en la lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre la muralla”.

Al desconectarnos del Padre nos alejamos de su presencia quedando incomunicados directamente siendo ese nuestro lenguaje la única posibilidad de tomar de algunos de esos destellos para limitadamente poder acercarnos a esa dimensión cifrada que solo nos puede explicar el Espíritu Santo para reconocernos a través de todo lo existente en este universo. Idioma que además ha ido transformándose, conduciéndonos a diversas interpretaciones, que con sus variantes han ido dando otros significados a nuestras experiencias, de allí que lenguas como la cananea, aramea o latina nacieran desde Babel como subdivisiones.

Es claro que la Palabra creadora se genera del Hebreo original, pero no hay mayores detalles de cuándo este deriva al arameo antiguo que hablaba tanto Abrahán como nuestro Señor Jesucristo, una combinación inicial con el cananeo del cual se cree se reprodujo el alfabeto protosinaítico que luego generó las lenguas semíticas, para dar nacimiento más adelante a los alfabetos cuneiformes de veintisiete  consonantes o el corto de veintidós, del cual se deduce posteriormente se dio el alfabeto fenicio y las lenguas protosemíticas las que a su vez nos llevaron con sus cambios consonánticos a los distintos léxicos.

Se cree que la combinación de los signos originales como letras אות llevó Adán a consolidar nuestro lenguaje denominando todo lo que nos rodea proyectando gracias a esa imágenes sonoras unas realidades que siendo lingüísticas reproducimos como vivencias sin embargo al dejar de comunicarnos con el Creador nuestros léxicos se vulgarizaron como nuestras costumbres promoviendo idiomas que como el sumerio y su escritura llamada cuneiforme, nos llevaron de los jeroglíficos egipcios, a nuestros actuales lenguajes. Quizá por ello esa Palabra de la Torá original sin vocales no logramos interpretarla conforme a esa voluntad divina necesitando de las nekudot que como puntos aportan para nuestras interpretaciones. 

Proceso que inicio Moises en el Monte Sinaí al trasmitir esas enseñanzas oralmente de líder a líder, hasta que Ezra, el Escriba, lo reveló agregándole al texto las nekudot que se dividen en varios tipos, según su estructura y ubicación en relación a las letras, lo que ha llevado a los estudiosos a visionar que esas tres vocales, Jolam, que está encima de las Otiot y que shuruk o Melafum, que está dentro de las letras o jirik , ubicada debajo de las letras, representen los tres mundos, superior, medio e inferior, así como su composición o la construcción en tzere”, “segol” y “sheva”, mientras que patah y kamatz, sus movimientos.

Lo que significa como creyentes que debemos revisar muy bien nuestro lenguaje ajustando nuestras palabras a la del Creador para que esa raíces con sus combinaciones sean las que promuevan unas interrelaciones sanas y fraternales y nuestras vivencias nos generen con dicha inflexión de tiempos nuevos significados que incluso le den a un mismo termino ese esencia de la que sustancialmente nos separamos, debido a una oralidad que se alejó del verdadero significado de la vida y de los preceptos y mandatos del Creador. 

El Texto de Textos nos revela en Hebreos 1:1, “El Creador, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”.

Oremos para que cada letra que usemos para comunicarnos nos integre con Él.

Mi Kabbala – Av 13, 5783/Martes 1 de agosto del 2023.
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