¿Cumplimiento?
El Texto de Textos nos revela en Miqueas 5:2, “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”.
Nuestro Señor Jesucristo dijo: “ni una jota, ni una tilde pasará de la ley hasta que todo se haya cumplido”, traducción que difiere del griego al hebreo en donde se nos habla más de yad, יד, que significa mano y que viene de la letra Yod, que es tan pequeña que los antiguos escribas a menudo la quitaban de sus traducciones para ahorrar espacio. Desde esa lectura y por dicha aparente trivialidad, hay quienes dicen que allí se hace referencia a que ni una yod pasará de la ley o sea que ningún detalle por más pequeño que parezca y que se encuentre en la Torá dejara de suceder y de perder la importancia debida.
Desde esa mirada todo se articula y todo puede cobrar un nuevo sentido, por ende, conceptos como redención y expiación llevados por ejemplo a la historia del diluvio y del Arca se deben mirar como grandes símbolos de salvación. Y es que al articular y comprender mejor todas estas ideas, verbos como כפר, k.p.r, expiar, que derivaron en Iom Kipur, día de la Expiación, nos expresan el contexto de cubrir con brea y así expiar un pecado. Analogía sencilla y práctica que nos denota la necesidad de releer con la guía del Espíritu Santo la Biblia para poder asimilar estas y otras enseñanzas de mejor forma.
Expiación que también nos obliga a comprometernos con el Creador como lo hizo Abraham en el valle de Shave, להגיע לעמק שווה, para llegar a un compromiso como el de nuestro patriarca y así al ser tentados no comprometer nuestros principios, integridad y fe con bienes como sí lo hizo el Rey de Sodoma y mantenernos firmes, creciendo, transformándonos, mejorando, superando pruebas, recibiendo las bendiciones de Melquisedec, sacerdocio que representa a nuestro Señor Jesucristo quien nos adiestra al respecto de estos temas gracias a la guía del Espíritu Santo.
Y es que así como Abraham y Noé no cedieron y siguieron las instrucciones del Creador dadas en su Palabra, hoy nuestra Biblia nos llama a seguir dichos preceptos y con ellos como Isaías, limpiar nuestro ser de todo aquello que no nos posibilite seguir a nuestro Padre Celestial, expiando nuestros pecados, para lo cual este profeta tuvo que realizar un ritual de iniciación en el Templo en donde su boca fue limpiada con un carbón encendido sacado del altar y con ello fue purificado además todo su ser.
Historias que cual parábolas hacen parte de nuestro Texto de Textos y con las cuales no solo enriquecemos nuestros conocimientos al respecto de nuestras vidas y cómo conducirlas gracias a estos mandatos, sino que a la vez nos denotan que todo está concatenado y que lo que allí se nos presenta sin tiempo, se cumplirá más temprano que tarde siendo necesario no desfallecer y por el contrario, nosotros también, cumplirle al Creador gracias a que voluntaria y amorosamente le seguimos a través de su Palabra.
El Texto de Textos nos revela en Mateo 1:22, “Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta”.
Oremos para entender y cumplir con lo que las escrituras nos piden a nosotros como creyentes.