
Mi Kabbala – Iyar 8, 5785 – Martes 6 de mayo del 2025.
¿Falsedad?
El Texto de Textos nos revela en Amos 3:7, “en verdad, nada hace el Señor omnipotente sin antes revelar sus designios a sus siervos los profetas”.
No se puede negar que existen muchas confusiones al respecto de si aún hay o no profetas en nuestros tiempos, sin embargo la misma Biblia en el Antiguo Testamento nos denota que solo hubo cuatro grandes profetas: Isaías (יְשַׁעְיָהוּ), Jeremías (יִרְמְיָה), Ezequiel (יְחֶזְקֵאל) y Daniel (דָּנִיֵּאל) y luego unos doce profetas menores, que escribieron los libros breves: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miquías, Nahúm y, Habacuc, mientras que el Nuevo Testamento nos deja claro que solo a Juan el Bautista se le otorgaron dichas características especiales de dar un mensaje directo del Creador a la humanidad.
Los mismos textos proféticos, nos afirman que esos profetas (naví, נְבִיא), anunaiaban la llegada del Mesías, el arrepentimiento, mensaje que ahora directamente nos entrega Él, lo que nos deja en claro que el propósito de esos mensajes que nos comunican los profetas era solo ese, revelando Su redención y el arrepentimiento para volver a sus preceptos, los mismos que contiene la Torá, manifestaciones revestidas de misericordia que buscan corregir la dirección que como sociedad tenemos, reorientándonos para que evitemos ser permeados de un mundo que nos contamina con sus erradas costumbres paganas.
Afortunadamente ahora los creyentes tenemos al Espíritu Santo, por lo cual, este tema tan manoseado hoy por hoy hace que algunos olviden que los profetas o quienes así se auto denominan, no usaban ese don para predecir el futuro, ya que a estos les puede pasar lo de Balac quien acudió a Balaam (בִּלְעָם) aun sabiendo que solo podría hablar lo que quería el Creador se conociera, denotándonos así que esos adivinos, no pueden ser considerados como profetas, simplemente porque Él rechaza ese tipo de visiones futuristas y nos dejó para ello como Luz, su Palabra.
Está demostrado que el Creador nos guía, lo que quiere decir que todo lo que nos sucede cumple un propósito para incentivarnos en nuestra misión de cumplir con esa predestinación de retornar a Él y que por ello no es coherente “usar” al Espíritu Santo para esos fines, cuando se trata de integrarnos en oración a su voluntad, superado esas circunstancias desafiantes que debemos entender como llamados de atención para que no perdamos de vista nuestro verdadero horizonte, lo que significa el alejarnos de esas búsquedas de un mundo oculto (סָתַר, sathar) que nada nos aporta pero si nos aparta.
En cada versículo la Biblia nos reitera que aunque hay sabios y eruditos estudiosos de la palabra, ya no hay profetas para estos tiempos, debido a que nuestro Señor Jesucristo nos dejó como gran mensajero (mesarim, מְסָרִים) al mismo Espíritu Santo para vivenciar esos sus preceptos de amor, por lo que más bien debemos cuidarnos de dichos falsos profetas de nuestros tiempos, que son solo promotores de egoísmo y falsedades, incluso aun predicando la palabra, la misma que nos reitera que por sus acciones engañosas estos solo tienen unos errados propósitos.
El Texto de Textos nos revela en II de Pedro 1: 21, “porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de parte del Creador, impulsados por el Espíritu Santo”.
Oremos para que todas las profecías del Creador nos inciten a no perder de vista sus mandatos.