Mi Kabbala – Nisán 20, 5783/Martes 11 de abril del 2023.
¿Pertenencia?
El Texto de Textos nos revela en Ezequías 13:18, “y di: Así ha dicho Jehová el Señor: !!Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos, y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida?”
La etimología de la palabra rey, Melej מלך, nos invita de alguna forma a conceptos tan variados como: arreglar, ver lo correcto, corregir, derecho, recto, dirigir, reglas, regular, en fin, a una perspectiva en donde debemos conducirnos y movernos en una línea que para el caso de los creyentes no puede ser otra que los mandatos y preceptos del Creador, esos que a través de su Palabra nos entregó como símbolo de iluminación y guía y para los cuales nos dejó Él un sendero de retorno a su reino: nuestro estado original.
Pero los seres humanos confundidos hemos buscado todo tipo de reinos y de reyes históricamente, en esa desorientación fruto del pecado, apegándonos a aquello que parece similar a lo que perdimos cuando nos separamos de Él, lo que quizá también explica que ahora como fragmentos queramos adicionalmente luminarias que convertimos no solo en estrellas sino en algunos casos en deidades. Error que ha llevado a algunos a gobernar a otros guiados más por sus egos y deseos revestidos de poder y fuerza, cultura que ha provocado que hasta en nuestros diálogos cotidianos prefiramos imponer que exponer.
Así es como nuestras palabras no solo han ido consolidando significados agrestes sino que nuestros pensamientos y acciones se han ido plagando de violencia. Muestra de ello es quizá que términos del hebreo original como melej,rey, se han traducido en personajes que asumen autoridad divina cuando esos seres mundanos de carne y hueso, desconocen tanto los preceptos y mandatos de del Creador como a Él mismo y su guía universal.
La letra mem vista como un destello de Su Palabra significa para algunos eruditos: quien reina, siendo este Su propio Espíritu y a través de Él debemos reconocer el único reinado posible. Mirada que desde el mismo árbol sefirótico nos lleva desde la parte superior de keter, cuya inicial es la kaf, corona, a la inferior, malkut, cuya inicial es mem, que significa reino, lo que nos habla más que del reino mesiánico de David, del de Jesucristo quien como el mismo Creador humanado desvirtúa esa ilógica visión de buscar un rey humano, ya que solo hay un reino en donde Él es el centro de la escalera, esa que une el cielo con la tierra y por ende a nosotros con todo lo creado.
Si anhelamos un reinado que sea el de Jesucristo, el único que tiene la capacidad de guiarnos, ya que nuestros reyes humanos solo pueden humillarnos y maltratarnos esperando que les sirvamos, desdibujando la verdadera imagen de un Rey, en un mundo en donde se nos quiere esclavizar colocándonos tributos y hasta tareas incoherentes que nos obligan a aceptar los deseos egocéntricos mundanos de otros, aún por bajos que nos parezcan estos, cuando los verdaderos designios de nuestro único Rey es tratarnos como hermanos, amigos, hijos y ovejas de su redil y guiarnos por el camino correcto.
El Texto de Textos nos revela en Juan 19:17, “Y Él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; 18 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. 19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS”.
Oremos para que nuestro único Rey sea Jesús.