¿Orientación?
El Texto de Textos nos revela en Deuteronomio 5:33, “Sigan por el camino que el Señor su Creador les ha trazado, para que vivan, prosperen y disfruten de larga vida en la tierra que van a poseer”.
Antes de nuestra caída fruto de la desobediencia vivíamos en perfección al lado del Creador, lo que suele ser descrito en textos antiguos como el Mundo Infinito, ya que compartíamos ilimitadamente entre nosotros de dicha armonía y recibíamos de Él sin límites, deseo que llevado al egoísmo del pecado nos motivó a ser como Él, intentando contradictoriamente ya no compartir mas de sus bendiciones, separándonos para descender a un nivel espiritual bajo que creó una nueva realidad, en la cual coexistimos.
Desde esa visión el idioma hebreo como brújula para atender con coherencia las Sagradas Escrituras nos propone unas nuevas luces en ese trasegar de intentar regresar a ese estado original en donde el mismo lenguaje finito y limitado de hoy se debe transformar para vivenciar lo infinito e ilimitado de su Palabra, probablemente por ello algunas expresiones n os proponen otro tipo de significados que nos denotan el por qué estos conceptos eran utilizados por ejemplo para indicar las direcciones que se debía tomar, visión que nos da otra mirada al respecto de nuestra desorientación al respecto de la misma vida.
La tarea de ubicarnos no solo en el tiempo sino en el espacio nos obliga a reorientarnos y la Biblia nos presenta varios conceptos para ello al hablarnos de ir a Negbá o al sur en donde Néguev como región desértica del sur de Israel nos propone unas condiciones, más cuando se nos habla de Yamá se nos propone el occidente, donde mar yam en hebreo, nos lleva hacia el mar, occidente en Israel incluso al referirse a Kedmá: oriente, se afirma además ese punto cardinal que visiona el jardín del Edén en mikedem pero si se habla de Tzafona: norte nos reorientan hacia la montaña de Zafón, en Siria, norte de Israel.
Orientación que le sirvió a Abraham y a su descendencia para ubicar la tierra prometida la cual podía ubicar desde cualquier lugar en donde se encontraba, entendiendo incluso que esos otros territorios no le pertenecerían pese a que hoy por hoy como creyentes queremos adueñarnos de todo, cuando solo podemos ser sus mayordomos, lo que nos enseña con esas coordenadas que la tierra del norte tzafona צָפֹנָה, sur negba נֶגְבָּה, este kedma קֵדְמָה y oeste yama יָמָּה, no solo hacen referencia a dichos puntos sino a nuestras propias extremidades para que allí encontremos ese templo corporal y por ende al Espíritu Santo.
La terminación ה suena como a, en Hebreo tal como aparece al final de estas palabras denotándonos en ese significado que en cualquier dirección que tomemos Él estará ahí con nosotros. Lo que quiere decir que en nuestro trabajo espiritual como creyentes debemos caminar en la dirección correcta para realizar acciones conforme a su guía: ayudar, compartir, dar. Orientación que debe ser acorde tanto con nuestras intenciones y deseos y a la vez con nuestros pensamientos para que encaminemos nuestra conciencia en la dirección correcta, reconectándonos así con el Creador a través de Su obra.
El Texto de Textos nos revela en Gálatas 5:25, “Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu”.
Oremos para que El señor guie nuestros pasos a cada instante.