¿Esposo?
El Texto de Textos nos revela en Génesis 2:24, “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”.
Mucho se habla al respecto de lo que en español simboliza el concepto de esposo, marido o conyugue que a diferencia de la visión social de pareja, reproduce en ocasiones relaciones desiguales que han hecho quizá que históricamente se atropelle a algunas mujeres. Sin embargo esa es una de las palabras más usadas en hebreo y que curiosamente hacen referencia a baʻal, ַלבַּעַל, término que además de los otros significados que incluyen conceptos de dueño o Señor, implica el nombrar a la deidad cananea de Baal, el mismo que desde sus cultos e idolatrías solicitaba la quema de los hijos para honrarle.
Lo que nos denota que todas estas expresiones nos generan en algunos momentos confusiones, máxime si estamos intentando comprender el rol de dichos esposos dentro de la relación matrimonial. Seguramente por ello algunos estudiosos prefieren usar ish אִישׁ, que en Génesis significa literalmente hombre, connotación más neutral a la hora de atender los mandatos del Creador al respecto de un hogar. Para no seguir perpetuando esa errada tradición de Baʻal” que refleja a esos esposos despiadados que incluso sin darse cuenta con sus actos inconscientes rinden culto a esta deidad pagana.
La visión de entendernos como compañeros accesibles y cercanos, implica entre otras cosas la consolidación de una relación estable e idónea en donde ambas partes se complementan y en donde ese trabajo cotidiano redunda en la concreción de una familia y la crianza de unos hijos. Seguramente por ello José es el modelo a seguir no solo para con María sino con el nuestro Señor Jesucristo, quien siendo guiado por el Espíritu del Creador se acogió a todas las recomendaciones para mudarse inicialmente a una pequeña ciudad agrícola de galilea: Nazaret en cumplimiento de una profecía. La cual para algunos se traduce en que Jesucristo era nazareo, un ser que dedica su vida al Creador.
Perspectiva que desde esa otra mirada le da al concepto de Nazareo otra connotación, a una rama, netzer, נצר, que es también la raíz de la palabra Nazaret, נצרת, o sea que más que el voto nazareo, debemos hablar de nuestro Señor Jesucristo como un ser que se convirtió en el netzer mesiánico y por ello solo en la ciudad de las ramas, podría renacer esa nueva rama de esperanza como lo expreso el profeta Isaías. Criterios que llevados al concepto de esposo y novia del que trata Cantar de Cantares nos induce a comprender que somos un todo, una sola familia de Fe, la esposa de nuestro Creador: su iglesia.
Mirada general que va más allá de cualquier traducción para que siguiendo las enseñanzas de nuestro Mesías, trabajemos a diario por consolidar hogares y que como esposos o esposas, dediquemos todos nuestros dones y esfuerzos para cumplir con la voluntad del Creador, expresada en sus mandatos y preceptos, los mismos que nos garantizarán esa vida armónica que se desprende de sabernos parte integral de esta Creación.
El Texto de Textos nos revela en Efesios 5:25, “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella”.
Oremos porque como esposos trabajemos para que vivamos como la familia de Cristo.