
Mi Kabbala – Tevet 23, 5785 – Miércoles 22 de enero del 2025
¿Repasamos?
El Texto de Textos nos revela en Isaías 41:29, “He aquí, todos ellos son falsos; sus obras inútiles, viento y vacuidad sus imágenes fundidas”.
Él nos creó con su palabra y nos permite recrearnos en ella, por lo que el sabio uso del lenguaje debe proporcionarnos ese manantial de reposo que es su guía, ,מְנַתֵּב menatev, sin embargo al no tomar estas expresiones de la fuente de agua viva, nos alejamos de todo lo sano, bueno, grato, servicial y fraternal que a través de ella se nos ofrece, debiendo recrearnos en nuestros entornos con otros signos y símbolos lingüísticos, obviando sus señales para que confundidos alucinemos mientras nos reorientamos hacia la dirección correcta en donde le reencontremos.
Atender esas luces inspiradoras hechas sonidos de vida nos lleva a comprender por ejemplo, que el séptimo día es mucho más que una motivación de reposo de acuerdo a lo expresado por nuestro Creador, ya que es una invitación a ser más conscientes de lo que somos y del lugar que ocupamos en este mundo, por ello, zayin, ז, como séptima letra del alfabeto Hebreo nos reitera que ese descanso sabatino es un espacio para reconocernos como hijos Suyos, necesitando por ello de Él, para ya no dedicarle un rato o unos días sino toda nuestra existencia.
El signo lingüístico zayin, que representa ese descanso, manoah, מָנ֫וֹחַ, nos da además el discernimiento para que nuestro libre albedrio se acoja a Su voluntad, recreándonos en sus propósitos al acogernos a sus preceptos, logrando así que nuestras acciones estén acordes con nuestras responsabilidades como hijos, esas que cogobiernan nuestra conciencia gracias a esos destellos o chispas de luz de su Palabra, la cual a través de sus naturales intercambios nos proyectan el camino correcto a tomar para mantenernos enfocados en ese plan divino: rumbo a nuestra morada celestial para descansar a Su lado.
En hebreo bíblico, zayin, זין, significa además espada lo que hace que esa señal lingüística nos revele esa necesidad de alimentarnos de Él, siendo ese séptimo día en donde debemos recurrir más a Su Palabra, la cual nos alimenta y alienta, así que asumiendo o no esas chispas de ideas que nos arrojan estas y otras letras originales, si es claro a través de cada uno de estos signos semánticos que nos dejemos reorientar por ellos, que como espadas nos ayudan a romper esas cadenas que nos esclavizan a un ego con el que batallamos a diario para poder liberarnos y así retornar a Su lado,
Aman, אָמַן, el gran enemigo de los Judíos en los tiempos de Ester, como concepto, nos habla de esa fidelidad necesaria para superar esos estímulos emocionales egoístas que simplemente están allí para llamarnos la atención y que podamos entender todo lo que significa en ese día a día, el buen uso de nuestro lenguaje, ya que al ser a imagen y semejanza del Creador, este nos da la posibilidad de crear y de recreándonos en dichas imágenes sonoras, las que a su vez deben reenfocarse hacia su Luz para que a diario revelándosenos sus manifestaciones y propósitos, tomemos de ellas el ideal de retornar como hijos del Creador que deben ser obedientes y útiles a su obra.
El Texto de Textos nos revela en Lucas 8:25, “y Él les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Pero ellos estaban atemorizados y asombrados, diciéndose unos a otros: ¿Quién, pues, es éste que aun a los vientos y al agua manda y le obedecen?”
Oremos para que cada palabra nos recuerde Sus propósitos.