Mi Kabbala – Tevet 8, 5785 – Martes 7 de enero del 225

¿Intercambios?

El Texto de Textos nos revela en Ester 4:16, “Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. ¹⁷ Entonces Mardoqueo fue, e hizo conforme a todo lo que le mandó Ester”.

La expresión: Tevet, טֵבֵת; tabitu, en que uno se hunde, nos llama a comprender que al movernos, capturamos información, realizamos intercambios con dicho objeto, fruto de la vibración de Su palabra, chispas de Luz que encienden en nuestras mentes esas imágenes con las cuales orientamos nuestras existencias, lo que significa que dichas interacciones simplemente retroalimentan nuestra esencia gracias a ese reflejo, señal inequívoca que es Él quien da vida a todo lo que existe, y que es a Él a quien debemos atender en vez de seguirnos alejando gracias a desinformaciones inútiles.  

Cada instante implica ese compartir, tiempos de renovación en el cual nos reconocemos como partes integrales de Su obra, así es como este cuarto mes, areve’, ארבע, nos invita desde el invierno a interiorizar más encontrando en el calor de sus palabras esas metáforas, ideas, analogías, simbologías o reflexiones que aunque le dan forma a lo creado con destellos, constituyen sus manifestaciones, esas que le van dando un sentido y no otro a nuestras realidades, siendo por ello necesario que leamos a través de esos signos o símbolos lingüísticos cuantitativos y cualitativos sus mensajes de vida.

Dentro de esa mirada la tercera sefirot, Bináh, entendimiento, בינה y la cuarta, Jesed, סד, misericordia, nos incitan a entender desde nuestro propio pensamiento, el cómo este se encuentra más que formado por ideas abstractas que cada quien interpreta y concreta dándole un sentido y razón de peso a su existencia, por dos mundo que como cabezas parecieran pensar diferente al respecto de un mismo argumento, en pro que constituyamos esa sola verdad, identificándonos en esa armonía a través de las revelaciones divinas que debemos interpretar desde esas diversas posibilidades.

Diez Sefirot que con sus emanaciones o manifestaciones nos llevan más allá de esos números o cifras con sus significados para que gracias a esas analogías que incluso están representadas en nuestro propio cuerpo, con sus diez dedos podamos entender que todo es una extensión natural de Él y que por lo tanto, cada instante, cada día, cada mes de nuestro calendario, marca esa posibilidad de reencontrarnos cual ovejas, צֹאן, tsón, con nuestro pastor, atendiendo Su a voz, para poder ser guiados nuevamente hacia la tierra prometida en vez de seguir perdidos en este mundo.

Él como Pastor, רֹאֶה, roé, nos provee y espera que atendamos sus mensajes, los cuales además se encuentran en los versículos Bíblicos, en pro que asumamos ese llamado releyendo el significado exacto de esas sus manifestaciones, reconociendo que con estas iluminamos nuestros entendimientos gracias a la Luz del Espíritu Santo y así con esa certeza actuemos de tal forma que logremos con esos intercambios de información que recibimos a diario dejar que sea esa orientación de nuestro buen pastor la que nos aleje de todas esas distracciones que a diario visionamos como pruebas.

El Texto de Textos nos revela en Lucas 4:12, “respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios.¹³ Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo”.

Oremos para que nuestros ayunos sean guiados por Él.