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Mi Parashá – Génesis 1:17

Rakia HaShamayim (Firmamento de los Cielos) y LeHa’ir (Alumbrar) nos presentan esa escalera o puente que debe existir entre lo Divino y lo Terrenal, una puerta estrecha que separa ese “Rakia” (firmamento) de nosotros, quienes debemos entender toda esa estructura, la misma que separa pero que, a la vez, conecta los reinos superiores (cielos) con el mundo material (la tierra).

Las lumbreras en el firmamento simbolizan la función del “Rakia”, para que entendamos que ese canal o puente es el que nos permitirá que la luz divina fluya desde lo espiritual hacia lo físico, ya que es su luz la fuente que ilumina toda la creación. Quizá por ello el verbo “LeHa’ir” (alumbrar) nos habla de esa acción de dar luz, la misma que nos trae a este mundo, donde se nos revelan poco a poco nuestros propósitos.

Claridad que eleva nuestra conciencia, la cual recibe esas chispas de luz que emanan de Él como reflejo de todas las lumbreras existentes en el firmamento, con las cuales debemos integrarnos como fragmentos de su esencia. Es indispensable que nuestros conocimientos se articulen a Su sabiduría para que esta guíe nuestras vivencias.

LeHa’ir (לְהָאִיר) tiene un valor gemátrico de 252 (ל = 30, ה = 5, א = 1, י = 10, ר = 200), que al descomponerse en 2+5+2=9, nos proyecta la verdad y la culminación, ya que la acción de alumbrar simboliza la culminación de un proceso en el cual la luz divina revela la verdad y guía el camino hacia la realización espiritual en nuestro destino final, nuestra morada celestial.

Rakia (רָקִיעַ) tiene un valor gemátrico de 310 (ר = 200, ק = 100, י = 10), el cual nos da la idea de recompensa y espiritualidad, sugiriendo que el firmamento no solo es un espacio físico, sino también un reino espiritual donde las bendiciones y la luz divina se manifiestan y son accesibles para aquellos que buscan la verdad. Por lo tanto, si somos receptivos a la luz divina que desciende del firmamento, tal como las lumbreras que iluminan la tierra, y recibimos esta luz reflejándola en nuestras vidas a través de nuestras intenciones, deseos, emociones, palabras, interacciones, decisiones e interrelaciones, seremos guiados para elevarnos hacia el cielo cumpliendo con nuestro propósito espiritual en la tierra.

Nuestra búsqueda de conexión entre los reinos espiritual y material nos reitera que nuestras vidas en la tierra están profundamente entrelazadas con lo divino, y que se nos llama a crecer luminosamente desde nuestro entendimiento. Esta conciencia es fundamental para reconocer y nutrir esta conexión, permitiendo que la luz y la sabiduría divinas fluyan en nuestras acciones diarias.

LeHa’ir nos insta a buscar la verdad y la claridad en todas las áreas de nuestra vida. Al igual que la luz revela lo que está oculto, debemos esforzarnos por alcanzar un mayor entendimiento y conciencia, iluminando tanto nuestro camino como el de quienes nos rodean. Es el momento de abrirnos a esta luz, de reflejarla en nuestras vidas y de buscar siempre la verdad y la claridad en nuestro camino espiritual.

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