
Mi Parashà – Génesis 5:22
La frase “וַיִּתְהַלֵּךְ חֲנוֹךְ אֶת־הָאֱלֹהִים” (Vayithalekh Chanokh et-ha’Elohim), “Caminó con el Creador”, implica una relación cercana e íntima entre Enoc y lo divino. Caminar no es simplemente un acto físico, sino una expresión de la más alta espiritualidad, en la cual cada aspecto de la vida de Enoc estaba alineado con la voluntad divina, una cercanía que lo distinguió y lo llevó a un destino diferente.
Esta predestinación está disponible para todos los hijos del Creador que, como Enoc, continúen con una vida de profunda espiritualidad a lo largo de sus existencias, gracias a la persistencia y constancia en su dedicación espiritual.
El largo periodo de “caminar con el Creador” refuerza la idea de que la verdadera espiritualidad se refleja en la perseverancia y consistencia a lo largo del tiempo. La vida de Enoc estuvo marcada por una completa dedicación y una conexión continua con lo divino, lo que simboliza un proceso de perfección y refinamiento espiritual a lo largo del tiempo.
Además, el hecho de que Enoc engendrara “hijos e hijas” durante este período sugiere que su legado no solo fue espiritual, sino también físico, extendiéndose a través de su descendencia y asegurando que sus enseñanzas y su ejemplo se transmitieran a las generaciones futuras.