
Mi Parashá – Génesis 5:30
El número 500 está asociado con la letra hebrea “ת” (Tav), que es la última letra del alfabeto hebreo y simboliza la verdad y la perfección, además de representar un signo o una marca. Este número sugiere un tiempo de finalización y cumplimiento, lo que indica que la vida de Lamec después de Noé estuvo marcada por la culminación de su misión.
El número 500, representado por la letra “ת” (Tav), también puede ser interpretado como un símbolo de completitud y totalidad. En la gematría, este número sugiere que Lamec vivió en alineación con un propósito divino, alcanzando un estado de plenitud en su vida y misión antes de pasar el testigo a su hijo Noé.
El nombre “לֶמֶךְ” (Lemech), con un valor gemátrico de 90, se asocia con la justicia y la rectitud, lo que refuerza la idea de que Lamec fue un hombre justo que preparó a su hijo para la tarea monumental que le esperaba.
El hecho de que Lamec “engendró hijos e hijas” durante este tiempo subraya la expansión de su linaje y la multiplicación de su influencia, lo que sugiere que la preparación para el diluvio involucró no solo a Noé, sino también a otros miembros de la familia que jugaron roles en esta narrativa.
La vida de Lamec, marcada por la justicia y la rectitud, nos recuerda que nuestras acciones y decisiones deben estar alineadas con un propósito mayor, asegurando que nuestras vidas contribuyan al bienestar de nuestras familias y comunidades. Este análisis nos impulsa a considerar cómo estamos utilizando nuestro tiempo y si estamos preparando a aquellos que vienen después de nosotros para enfrentar los desafíos con sabiduría y fuerza.