Mi Parashá – Génesis 7:23

El verbo “vayyimach” (fue destruido) implica una erradicación completa de la existencia, pero esta perspectiva, a la vez, nos muestra cómo un acto de limpieza o purificación necesariamente nos lleva a un renacimiento y a una renovación. Por ello, la palabra “yekum” (existencia) sugiere que todo lo que tenía forma o sustancia fue deshecho, lo que nos enseña además sobre la naturaleza transitoria de la creación y la importancia de la renovación.

La frase “me’adam ad-behemah” (desde el hombre hasta el ganado) enfatiza la universalidad del juicio, que no discrimina entre las diferentes formas de vida. No olvidemos que el hombre representa la cúspide de la creación, mientras que el ganado y los animales representan niveles inferiores; así que la destrucción de todos ellos simboliza que toda la creación está sujeta a la ley divina y que ninguna parte de la creación está exenta de la necesidad de purificación.

La preservación de Noé y su familia en el arca es un símbolo de la misericordia divina en medio del juicio. Noé representa al justo que, al seguir la voluntad divina, es protegido y salvado en medio del caos. Esto también nos enseña sobre la importancia de la obediencia y la fe en el Creador para obtener protección en tiempos de prueba.

Si analizamos la palabra “tebah” (תֵּבָה), que significa “arca”, y su valor gemátrico de 407, que simboliza la protección divina y el refugio espiritual, junto con la palabra “Noach” (נֹחַ), que tiene un valor de 58 y que se descompone en 5 + 8 = 13, podemos asociar mejor que la unidad tiene que ver con el amor divino. Así que la protección de Noé en el arca es un reflejo del amor y la unidad con lo divino.

La naturaleza del juicio divino conlleva la necesidad de purificación en la creación, por lo que la destrucción de “todo ser que había sobre la faz de la tierra” nos recuerda no solo la fragilidad de la vida, sino la importancia de actuar conforme a la voluntad divina para ser preservados en tiempos de caos y destrucción.

La preservación de Noé y su familia en el arca simboliza la importancia de la fe, la obediencia y la justicia en la vida, y nos enseña que, aunque el juicio pueda ser severo, siempre hay un camino de salvación para aquellos que se alinean con los principios divinos.