!Señora..!

Bajo ese estilo que le caracteriza el autor crea situaciones, personajes y diálogos que, aunque puedan tener bases en la realidad, son fruto de su imaginación, en la cual interviene una especie de voces interiores a las que él asegura trascribir en dichas reflexiones que cuestionan lo que reconocemos como realidad, por ello en Señora y gracias a esa voz interior de Su madre, Virsap explorar conceptos profundos a través de la ficción, usando esos diálogos e historias para exponer pensamientos sobre la naturaleza del mundo y las contradicciones que enfrentamos.

Señora profundiza en el amor incondicional de una madre y su capacidad de nutrir nuestras vidas guiándonos hacia nuestro Padre Celestial. El autor toma para ello ese testimonio de una mujer conforme a lo que en Proverbios 31 se considera como ejemplar, para recordarnos que ellas con su “entendimiento” o “intuición” nos revelan al Creador quien desde el aspecto femenino del “útero”, espacio de vida, nos proyecta más que un proceso de gestación y de crecimiento toda la manifestación del mundo físico que gracias a la maternidad divina, con Su amor nos cuida, protege y sustenta tal como esas madres lo hacen con sus hijos.

Ellas son el aspecto del Creador que permanece cercano, reflejando en ese rol protector y amoroso de la maternidad, esa capacidad de nutrir y dar forma a algo desde su origen, principio de la vida y de la construcción de nuestras coexistencias, dándole vida al mundo un reflejo del acto divino de creación.

Señora presenta por ende ese llamado de una madre para su hijo quien debe tomar de ella esa fuerza transformadora, la misma que contiene y que nos reproduce no solo todo lo que significa dar a luz sino esa guía en pro de nuestro crecimiento espiritual, proceso de creación continua, donde la madre sigue alimentando y formando el carácter y el alma de su descendencia.

Señora, es la forma como ese hijo responde al llamado de su madre, ser que como símbolo poderoso de la creación, le da al entendimiento humano esa visión profunda fruto de su capacidad de nutrir y proteger la vida en sus múltiples dimensiones.

Es por ello que toda madre es un reflejo de la relación entre lo divino y lo humano, en la que ellas mismas se convierten en un canal para la expresión y manifestación del amor divino en la tierra.

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Under that style that characterizes him, the author creates situations, characters and dialogues that, although they may have bases in reality, are the fruit of his imagination, in which a kind of inner voices intervene that he assures to transcribe in these reflections that question what we recognize as reality, for this reason in Lady and thanks to that inner voice of His mother,  The author explores deep concepts through fiction, using those dialogues and stories to expose thoughts about the nature of the world and the contradictions we face.

Lady delves into a mother’s unconditional love and her ability to nurture our lives by leading us to our Heavenly Father. The author takes for this this testimony of a woman according to what is considered exemplary in Proverbs 31, to remind us that they with their “understanding” or “intuition” reveal to us the Creator who from the feminine aspect of the “womb”, space of life, projects to us more than a process of gestation and growth all the manifestation of the physical world that thanks to divine motherhood,  with His love He cares for us, protects us and sustains us just as those mothers do with their children.

They are the aspect of the Creator that remains close, reflecting in that protective and loving role of motherhood, that ability to nurture and shape something from its origin, the beginning of life and the construction of our coexistences, giving life to the world a reflection of the divine act of creation.

The Lady therefore presents that call of a mother for her child who must take from her that transforming force, the same that contains and reproduces for us not only everything that it means to give birth but also that guide in favor of our spiritual growth, a process of continuous creation, where the mother continues to nourish and form the character and soul of her offspring.

Lady, it is the way in which that son responds to the call of his mother, a being who, as a powerful symbol of creation, gives human understanding that profound vision fruit of its ability to nourish and protect life in its multiple dimensions.

That is why every mother is a reflection of the relationship between the divine and the human, in which they themselves become a channel for the expression and manifestation of divine love on earth.

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