16/Vier 9 de Dic – 22 (5783)

¿Universo? 

El Texto de Textos nos revela en Deuteronomio 8:11, “Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Creador, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; 12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, 13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; 14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Creador, que te sacó de tierra de Egipto”.

Se cree que nuestra vida es más interior aunque visionamos todo como exterior. Costumbre que hace que nuestro cerebro y los sentidos interconectados a él capturen todo tipo de información que califican como ajena y lejana, sin asimilar que todos esos intercambios son los que se traducen en nuestras mentes y sistemas internos afectando directamente nuestros seres y experiencias. Lo que hace que cada que se híper activan nuestras estructuras cerebrales se altere nuestro sistema límbico y nuestra parte emocional generándonos una serie de proyecciones que aparentan ser exteriores.


Desde esa perspectiva se dice que quienes logran activar conscientemente esas estructuras gracias a diferentes tipos de estimulación o luz אור disfrazada de eléctrica o magnética transcraneal, por ejemplo, de alguna manera superan esa división antinómica que regularmente hacemos entre nuestro cuerpo, mente y alma logrando así entender mejor según sus propios testimonios que no solo hacemos parte integral de esta Creación en donde la materia cumple un rol sino que conscientemente debemos integrarnos con esa esencia y propósitos trascendentes que nos denotan que somos partes de Él.

Hacer a un lado esa mirada que enfatiza en lo exterior implica colocarnos en el camino de integrarnos individualmente desde nuestro ser interior propendiéndonos que todo lo que capturemos a través de nuestros sentidos y percepciones tenga otro tipo de lectura e  interpretación más divina distinta a la que le estamos dando a todo fruto de nuestras costumbres sesgadas, en donde el mundo de las formas nos domina, ajustando así nuestras interpretaciones a otro modelo de vida distante del actual, Olam,  mundo, sabiendo que se nos invita a vivir menos en él y más en nuestro universo interior celestial. 

La tarea que no se puede comprender solo como la búsqueda que nuestras actuales realidades constituidas gracias a la suma de vivencias y experiencias transferidas a través de textos y contextos materialistas incluso en contra de nuestra propia genética sino que requiere un cambio radical desde nuestras percepciones de vida, asumiendo cada pequeña y continua interacción como un ajuste a nuestras visiones existenciales y así degustar de un eterno presente continuo que nos posibilita el asimilar que las referencias actuales de tiempo y espacio por ejemplo pueden irse transformando a nuevas posibilidades.

Se trata de permitirnos atender ese constante acompañamiento divino con el que se iluminan nuestras oscuridades para tener otro tipo de crecimiento distinto al económico y social al que tanto le apuntamos, logrando gradualmente un nuevo reconocimiento de todo y de todos para así vivir en una armonía consciente, la cual desde ese ser interior le dará a lo físico, lo mental, lo espiritual, lo finito y lo infinito una perspectiva proporcional diferente.

El Texto de Textos nos revela en II de Corintios 4:16, “Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día”.

Oremos para que nuestro ser interior guie nuestros pasos exteriores. 

16/Vier 9 de Dic – 22 (5783)

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