¿Oramos?
El Texto de Textos nos revela en Oseas 10:4, “Hablan meras palabras, hacen pactos con juramentos vanos, y el juicio brotará como hierbas venenosas en los surcos del campo”.
Cada letra que pronunciamos si así nos lo permitiéramos comprender tiene un especial valor. Quienes así lo entienden nos dicen por ejemplo que la letra He, ה, del alfabeto Hebreo, H del español, simboliza desde dichos análisis el concepto de “papá”, una visión de trascendencia, de moralidad y de equilibrio. Otros nos invitan a ver en este símbolo: He, la letra que incita al aliento vital, a la comunicación a través de los cinco sentidos, al dominio de los cuatro elementos aire, fuego, agua, tierra e incluso a la protección contra las dificultades, sí como un centro de gravedad de todas las cosas y del instante presente.
Hay quienes además leen en los diferentes trazados que ha tenido He la plegaria de un ser humano, que con los brazos elevados hacia el cielo en actitud de adoración, expresa la alegría y también el desarraigo. Signo que nos arroja una etimología precisa y que en su contexto evoca para algunos un peine o una horquilla, constituida de un mango y de tres dientes que permiten sujetar o desenredar los cabellos y por ende simboliza energía, por ello hay quienes a través de sus deducciones ven en He un llamado a orar permanentemente.
Adicionalmente se nos pide entender tras cada sonido o símbolo de cada palabra que compone nuestro lenguaje sus significantes en este caso un grito de triunfo que manifiesta una liberación o un cambio de estado natural. Por lo cual los tres trazos de la He original marcan el mundo por venir y nos recuerdan que ella simboliza a la vez los tres modos que tiene el alma para manifestarse: el pensamiento, la palabra y la acción.
Desde la cábala y la gematria He por ser la quinta letra del alfabeto implica el pasaje entre la esfera de la Chesed, misericordia y la grandeza hacia la esfera sexta Tiferet de la belleza, lo que para esos eruditos implica el centro del Árbol de la Vida o sea el equilibrio de las otras Sefirot, así que desde esa mirada hay una simiente de vitalidad, de expansión, que crece y se multiplica. Lo que para los creyentes es una invitación a amar.
Visiones que nos llevan a dicho símbolo de la permanencia de la vida material y de las esperanzas ligadas a la caída en el mundo, lo que como creyentes nos debe llevar a asumir posturas y búsquedas más Cristianas en donde prime el amor y el servicio, quizá por ello nuestra h muda en castellano, nos propone más que el hacer silencio el lograr con nuestras oraciones que sea el Creador el que nos guie para que todo cambie.
El Texto de Textos nos revela en Santiago 5:12, “Y sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro juramento; antes bien, sea vuestro sí, sí, y vuestro no, no, para que no caigáis bajo juicio”.
Oremos en silencio para poder escuchar al Creador.