Mi Kabbala – 11 Jeshván, 5784 – Jueves 26 de octubre del 2023

¿Soy?

El Texto de Textos nos revela en II de Reyes 19:15, “Y oró Ezequías delante del Creador, diciendo: Jehová Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres el Creador de todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra”. 

Yo Soy el que Soy אֶהְיֶה אֲשֶׁר אֶהְיֶה, Ehyeh Asher Ehyeh, como expresión al traducirla nos habla de un presente en donde el Creador no se limita a un primer nombre o a algo en particular, ya que el verbo ser o existir nos proyecta a ese Ser auto existente, eterno, auto suficiente, auto dirigido e inmutable, que siempre está presente, lo que además nos lleva a dejar de percibir Ehyeh, como un ser oculto o misterioso y más bien apreciarle cercano siendo la oración el canal que nos posibilita sabernos parte de Él, gracias a la guía del Espíritu Santo quien nos lleva más allá de nuestro limitado y finito lenguaje.

Lo complejo es que fruto de esas nuestras confusiones lingüísticas nos imposibilitamos para alcanzar mejores conocimientos al respecto de su deidad y todo lo que significa para nuestras vidas percibiéndole desde otras lógicas, unas menos fusionadas a esas decodificaciones milenarias tan egocéntricas y sesgadas en donde el yo nos lleva a querer apropiarnos de todo y de todos desconociendo que ese término proviene del contexto de aní אני y que se designa para hablar de la nada aín o, decimosexta letra, que también nos habla de ojo invitándonos como creyentes a observar mejor que sin Él no somos nada.

Somos parte de Él, quien se contrajo para crearnos y nos hizo a Su imagen para que nos recreáramos en Su obra, sin embargo pacientemente espera, qavah, unir, לְחַכּוֹת, que entendamos que necesitamos de Su guía para coordinar nuestra voluntad para que ese yo, egocéntrico, se aleje de esa forma temporal que lo ata a una alucinante nada infinita, logrando con esa nueva perspectiva de vida unirse a todas las demás partes de este todo y así al integrarnos a su obra volvamos a ser uno con el Yo Soy.

Habacuc חֲבַקּוּק de jabaq abrazar, nos pide esperar a que nuestra higuera florezca a su tiempo gracias a que obedecemos Sus mandatos los cuales están inscritos en la misma naturaleza, pero que no denotamos porque nos hemos dedicado a observarnos desde nuestro ego, lo que implica que dejamos de escucharle y por ende de atenderle, reproduciendo tan solo alucinaciones egoístas que hacen que no nos percibamos como pequeñas partículas de un todo, del Yo soy, sino como partículas separadas: Ego, yo, obviando que aun fragmentados, como nos suponemos, realmente hacemos parte de toda la Creación, llamado a que seamos parte y dejemos de estar aparte.

Él nos llama a diario a que nos integremos y más allá de seguir en otro tipo de búsquedas obviando su mensaje de amor y reencuentro, que incluso para algunos hace parte de la dimensión de lo oculto, debemos comprender que más bien lo que debemos hacer es intentar desde este plano natural terrenal, el anhelar todo aquello que gracias a ser guiados por sus luces y no las nuestras, que son artificiales y de neón, nos permitamos visionar nuestras vidas desde Su realidad ya no tras un precio comercial y si con el aprecio divino.

El Texto de Textos nos revela en Mateo 11:25, “en aquel tiempo, hablando Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los niños”.

Oremos para dejar de rendirle culto a lo oculto. 

Mi Kabbala – 11 Jeshván, 5784 – Jueves 26 de octubre del 2023
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