Mi Kabbala – 12 Jeshván, 5784 – Viernes 27 de octubre del 2023

¿Hermandad? 

El Texto de Textos nos revela en Génesis 16:11, “Además le dijo el ángel del Creador: he aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque el Creador ha oído tu aflicción. 12 Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará”.

Hermano, aj אח, nos habla desde Caín y Abel, de la necesidad de percibirnos como partes sin embargo, el uno mato al otro aun sin entender de ello, ya que nadie antes había fallecido, por lo que ese disgusto proyecto unos efectos que aun confunden nuestros sentimientos. Y aunque nada justifica ese tipo de acciones contra nosotros mismos, ello si nos llama la atención para que dejemos de ignorar los efectos de nuestras intenciones, esas que al no coordinar nos mantiene como descendientes de Caín alejados del Creador, arrepintiéndonos y llorando por nuestras desgracias fruto de nuestras desobediencias.

Todas las historias e la Biblia con sus parábolas llevan implícito un concepto que aun parece común incluso entre hermanos, Adam אדמה personas, los cual nos lleva a integrarnos desde el núcleo familiar, más el descontrol de nuestras vivencias y emociones, disfrazadas de resentimientos como la envidia y otras expresiones adversas que de allí se desprenden, nos alejan como coherederos de amarnos sabiéndonos partes y no fragmentos que incluso se complementan por lo que deberíamos visionar por fe como hijos de esa promesa.

Todos venimos de unos mismos Padres consanguíneos דַּם dam y por lo tanto, todo se suma genéticamente por lo que a partir del pecado se fundieron hechos en donde hemos tenido que soportar la oscuridad del asesinato y de la muerte y tras ese luto seguimos multiplicando dolores y prolongando sufrimientos con el tiempo, sin encontrar la corrección de aquel acto, por lo que tuvo que el mismo Creador en nuestro Señor Jesucristo descender como hermano para abrirnos el camino de retorno a la vida, al Edén y con ello aliviar parte de nuestras angustias por seguir separados de nuestro Padre Celestia.

Desde Ismael ישמעאל, con Isaac יצחק, nos hemos sentido divididos reproduciendo distintas razas, fronteras y creencias que incluso nos han llevado a suponer que coexistimos en dimensiones espirituales opuestas que nos hacen percibir diferentes, distintos y lejanos, tanto, que hay quienes hablan de cuatro tipos diferentes de luz, intentando hacer una analogía con las cuatro estaciones o fases lunares sin comprender que todos esos ciclos naturales claman porque dejemos nuestras indiferencias aportándonos, complementándonos en vez de seguir perpetuando conflictos.

Los creyentes debemos entender al releer los textos Bíblicos que en la segunda venida de nuestro hermano mayor: nuestro Señor Jesucristo, ya no llegará sobre un pollino en señal de dominio sobre todo pueblo y especie, especialmente de los hijos de Ismael, sino como el único Rey, al que sin embargo algunos tampoco aceptaran como deidad, fruto de sus desconocimientos e ignorancias, al verle desde sus oscuridades mentales, esas en las cuales solo ellos mismos pueden apreciarle como distante y extraño. 

El Texto de Textos nos revela en Mateo 21:1, “cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos, diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos. Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará”.

Oremos para que en vez de restarnos o dividirnos prefiramos sumarnos o multiplicarnos.

Mi Kabbala – 12 Jeshván, 5784 – Viernes 27 de octubre del 2023
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