Mi Kabbala – 12 Tishrei, 5784 – Miércoles 27 de septiembre del 2023.  

¿Alma?

El Texto de Textos nos revela en Deuteronomio 4:29, “si desde allí buscas al Señor tu Creador con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás”.

Coexistimos dentro de dimensiones físicas, mentales y espirituales que se complementan y a las cuales debemos integrarnos haciéndonos consientes de ese proceso de perfeccionamiento que enaltece nuestra alma, la cual según algunos estudiosos judíos nos fue dada por el mismo Creador alimentándola de su hálito de vida al conectarla con su propio Espíritu, más ella producto del pecado se encuentra esclava de las alucinaciones de nuestra mente, lo que implica que ese estadio Nefesh נפש, Espíritu, se articule a Ru’ach Viento, para que nuestra Neshamah Alma, viva, Chayah, de forma yechidah Singular.

Se cree que el Alma se nutre de néfesh, principio vital, de rúaj Hálito de vida y de neshamáh, esencia propiamente, más sin embargo dentro de ese proceso de ascender armónicamente coexistiendo en una realidad alucinante, que implica la conexión mental espiritual con nuestra conciencia para entrar en ese proceso de iluminación y crecimiento que nos posibilitará el reconectarnos voluntariamente a través del Haz de Luz con Su Espíritu, para lo cual se nos otorga todo un ciclo de vida gracias a unas interacciones e interrelaciones en donde debemos fluir a través del vínculo perfecto: el amor.  

Los cinco mundos formados por Ohr, luz, que de acuerdo a las Sefirot dominan cada reino, nos proyectan en ese quinto mundo lo primordial de Adam, Qadmon, en donde debemos lograr nuestra trascendencia para lo cual debemos acercarnos lentamente a esa Luz divina,  עולמות, Mimalei Kol Olmin, que nos debe llenar, por lo tanto este nivel físico Assiah aunque incluye el universo cosmológico nos denota lo alejados que estamos de Él, siendo necesario que asumamos ese orden de desarrollo evolutivo que con su encadenamiento progresivo nos lleva de lo oculto y misterioso a un acercamiento voluntario al Ein Sof.

Elías אֵלִיָּהו ēliyahū, como profeta nos denota que aunque el pecado habita en nosotros en esta dimensión corporal caída y nuestra mente nos mantienen encadenados al mundo de la ficción, también cohabitamos en la dimensión espiritual siendo nuestra alma parte de esa vida eterna gracias a Maljut en donde dicha alma, Kli encuentra en las manifestaciones del Creador las señales para retornar a esos espacios de perfeccionamiento que nos llevan a superar aquellos niveles de inconciencia, para lo cual la Luz del Creador nos guía y así irnos reconociendo como seres celestiales e hijos del Creador: partes del todo.

Nuestra parte material biológica caída también hace parte de ese todo, más en esta dimensión de la ficción, Assiyah, confunde nuestras búsquedas con esos deseos fragmentados egoístas para lo cual necesita comprender conscientemente lo que es la unidad, integrarse: despertar, que nos otorga con la posibilidad de alejarnos de la alucinación de la muerte, para nacer a la verdadera vida, la eterna, trascendiendo más allá de estas dimensiones terrenales a través de crecimiento integral voluntario en donde el lenguaje limitado y finito tiene un rol preponderante logrando que esa Palabra nos otorgue los insumos que nos posibilitan el reintegrarnos a Él en el mundo de la emanación: Atzilut.

El Texto de Textos nos revela en Mateo 10:28, “No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma”.

Oremos para que nuestra alma consciente domine nuestras inconciencias.

Mi Kabbala – 12 Tishrei, 5784 – Miércoles 27 de septiembre del 2023.  

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