¿Leer?
El Texto de Textos nos revela en Números 21:7, “entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra el Creador, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo”.
Las letras ספר, son signos, señales, códigos, que llevados a conceptos nos llevan a leer una realidad, interpretándola y aprendiendo de esta para encontrarle sentido a ese saber que debe guiar nuestras vivencias, lo que significa a la vez corregir el rumbo especialmente aquello que nos aleja de Él, de Su Luz. Lo que implica que Su palabra se nos revela a través de esos signos para que reconozcamos esas diversas manifestaciones y así orientarnos dentro de las dimensiones en las que coexistimos, siendo nuestras interacciones e interrelaciones los espacios propicios para alcanzar ese crecimiento que es integral.
Leer la Tora implica por lo tanto asumir esa constante oportunidad de aprender de sus mandados guiando con estos nuestras búsquedas de ese sentido, usando el día de descanso Shabat, שבת shabbath, cesar, para acercarnos cada vez más a Él, para que en el resto de la semana evoquemos esos valores Supremos que reorientan nuestra alma, al iluminarla gracias a ese reencuentro permanente con nuestro Padre amoroso, oraciones que además de agradecerle nos deben llevar a consagrarnos al no dejar ni un solo instante de nutrirnos de esa Palabra y los preceptos allí decodificados.
La Simjat Torá o la alegría de la Torá como tradición Judía nos incita a nosotros los creyentes con sus rezos y oraciones habituales a habituarnos a esa lectura de la Biblia, para a través de esa sana costumbre recordar que en cada rollo, sea o no de cuero como los que fueron escritos a mano en idioma hebreo y que para algunas sinagogas se encuentra dentro de un mueble, Sefer Torá, o sea en cada letra, nosotros como hijos del Creador, tengamos en Su Palabra esa guía, que libera nuestras vidas de la esclavitud del pecado con sus preceptos para que coexistamos armónicamente alegres.
La misma Liturgia judía o no ha dividido la lectura de la Torá en partes, cincuenta y cuatro Parashat HaShavua פרשת השבוע para los judíos, las cuales representan aproximadamente una sección para cada semana del año, de modo tal que en el transcurso de un año toda la Torá y sus cinco libros sean releídos durante los servicios religiosos en las sinagogas, sin embargo los creyentes aun sin celebrar el día de la fiesta de Simjat Torá, debemos iniciar cada nuevo día y período de nuestras existencias con esas relectura de un versículo y la interiorización del mismo, lo que significa alimentarnos de Su palabra.
Desde esa perspectiva Aharon אַהֲרוֹן, Ahărōn, iluminado, nos dejó como enseñanza más que una visión sacerdotal, la necesidad de aprender permanentemente de la Palabra, hoy transcrita en este Texto Sagrado y recibiendo la guía de Su Luz a través del Espíritu Santo para integrar nuestros conocimientos a esa búsqueda espiritual colectiva en donde ajustamos armónicamente nuestros tiempos a su eternidad y propósitos, logrando con ello un balance permanente de nuestros seres y vidas en pro de redescubrir que debemos alejarnos del pecado colocando nuestra confianza en Él.
El Texto de Textos nos revela en Lucas 1:34, “Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo del Creador”.
Oremos para que la Palabra diaria no falte como alimento de nuestro ser.