Mi Kabbala – 16 de Adar II -5784 / martes 26 de marzo del 2024

¿Lenguas?

El Texto de Textos nos revela en Deuteronomio 8:3, “para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca del Creador vivirá el hombre”.

Lo que reconocemos como realidad depende totalmente de nuestro lenguaje, de allí que dichas palabras determinan no solo lo que suponemos es la vida, sino el sentido que le damos a esta, conceptos que nos llevan a comprender la peculiaridad, idiosincrasia, propiedades y posibilidades gracias a ese sistema de comunicación verbal, oral, gráfica o hasta gestual propia de los seres humanos, que determina en parte lo que creemos ser, lo que hacemos y todo aquello con lo cual nos identificamos, gracias a aquello que reconocemos como hablar מְדַבֵּר medaber.

Desde esa mirada el pueblo de Israel nos enseña desde sus mismos antepasados, nuestros patriarcas, la importancia de la Palabra, la cual no nació de nosotros sino del Creador, quien instituyó ese idioma que llamamos hebreo y que hace que este pueblo sea el escogido, extraordinario y único como lo ha demostrado la historia de nuestro mundo. Desde dicha mirada esa Palabra les fue otorgada oralmente y ellos se encargaron de contarla a sus nuevas generaciones e incluso a sus vecinos para luego, a partir de Moisés, poder escribir todo meticulosamente en el Texto de Textos para ubicarnos en un contexto כּוֹתֵב kotev, gracias a ese nuestro léxico.

Así fue como se consolidaron luego los alfabetos gracias a unos símbolos que para el caso hebreo son veintidós letras que con sus diferentes combinaciones no solo han registrado esa historia, sino que le han dado un sentido y no otro a nuestras existencias. A partir de esas Palabras llevadas a un Texto Sagrado se nos presentó más que la historia del pueblo hebreo, nuestra salvación y el verdadero sentido de nuestras existencias por lo cual vemos en ella la mejor forma de entender la vida y comportarnos, al ser guiados por esta con el gran propósito que le alabemos, le adoremos שָׁחָה, shachah.

La Palabra del Creador que parte del tetragrámaton, nos presenta desde estas cuatro letras יהוה‎ YHVH o Jehová o Yahvé toda una serie de combinaciones que consolidaron esa lengua original Judía que ha tenido trasformaciones culturales e incluso sesgadas interpretaciones por aquellos religiosos que se han querido adueñar de los significados de la misma, más las raíces expuestas allí en Su Palabra y los frutos que retroalimentan a quienes de allí se nutren terminan incluso dándole a cualquier lengua moderna otro sentido y a las vidas de quienes se dejan guiar por ellas un único horizonte que nos guía.

Laban לָבָ nos sirve de ejemplo para comprender la manipulación de nuestros mensajes y aunque el del Creador sigue siendo el mismo, no así dichas palabras por ello los mismos profetas nos recuerdan ante la realidad de nuestros días nuestra lejania, siendo necesario que Nuestro Señor Jesucristo como Salvador, se humanara posibilitándonos un renacimiento en nuestro ser gracias a Su Palabra ahora traducida por el Espíritu Santo para que no dependamos de interpretaciones o traducciones sesgadas sino de un mensaje claro dado por quien nos formó el cual nos comunica, nos coloca en común, en comunidad si en comunión con Él gracias a Su Santo Espíritu.

El Texto de Textos nos revela en II de Timoteo 3:16, “Toda la Escritura es inspirada por el Creador, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”

Somos fruto de la palabra y esta es la que alimenta y alienta nuestras existencias.

Mi Kabbala – 16 de Adar II -5784 / martes 26 de marzo del 2024
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