Mi Kabbala – 17 Shevat 5784 – Domingo 28 de enero del 2024
¿Desobediencias?
El Texto de Textos nos revela en Isaías 3:5, “y el pueblo se hará violencia unos a otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble”.
Una de las cosas que tal vez más nos cuesta como creyentes es obedecer shama’ שָׁמַע, y quizá por ello nos ocupamos a diario tanto de imponer nuestros criterios en vez de exponer argumentos, lo que a su vez deriva en visiones agrestes como la severidad, rigurosidad, lo áspero, lo duro, lo rígido y por ende, la violencia. Probablemente tras esas equivocaciones milenarias es que seguimos padeciendo en dichos extremos de buscar lo grave, concibiendo incluso a nuestro amoroso Padre Celestial como un ser justiciero cuando a la vez es ese Padre Misericordioso que nos guía.
Hay límites y normas, claro, pero no nos afectarían si obedeciéramos, quizá por ello la quinta Sefirot del Árbol de la Vida como segundo atributo emotivo, denominada Geburáh, גבורה, Gevurá o Severidad, nos llama al cumplimiento de esos mandatos, recordándonos a la vez estos como expresión de amor del Creador. Tengamos en cuenta que cada letra de su Palabra como Ley refleja esa Guevurá la cual permea toda nuestra realidad en la búsqueda que rectifiquemos nuestros rumbos, siendo dichas chispas caídas dignas de apreciar para que sus destellos nos rediman y eleven y, así volvamos a unirnos a Él al caminar por estos senderos de Su mano.
Entender que la severidad que tanto promovemos, vista desde el Árbol de la Vida, al estar colocada bajo Biná, entendimiento, בינה, al lado de Jesed, bondad, חסד y sobre Hod, majestad הוד, nos proyecta cuatro senderos, esos en donde la Torá dada a Moisés y al pueblo de Israel nos visionan la misma Boca del Creador, contrayéndose y concentrando Su luz infinita para materializarla a través de dichas letras finitas de la Torá, talladas luego en las tablas del testimonio de los Diez Mandamientos, nos denota a la vez que dicha severidad solo se aplica a nuestra desobediencia.
Visión que asimilada a conceptos de fuerza, juicio, poder y hasta ocultamiento, nos invita es a acercarnos al Creador a través de la lectura de la Biblia, la oración y el acompañamiento del Espíritu Santo para que Él revele, chazoth חֲזֹת, en nosotros sus misterios y así podamos ir más allá de los entornos oscuros en donde hoy nos encontramos. Se trata de comprender sus diarias revelaciones para apegarnos a su amor, a sus normas y así los efectos severos de la desobediencia no sean los que nos llenen de más miedos sino que por el contrario ese temor refleje nuestra confianza en Él.
Jesed como amor nos llama a vincularnos con Él a través de Su obra sirviendo a los próximos como queremos se nos sirva, obviando sentimientos negativos, lo cual nos insinúa que ese temor reverencial que le debemos a Él como Padre, es una motivación diaria para obedecerle tal y como lo debemos hacer con nuestros progenitores terrenales, llenándonos siempre de gratitud, todah תּוֹדָה, para con ellos, así como de una serie de principios y valores que deben guiar nuestros pasos y que solo nos denotarán que requerimos en este mundo de dicha corrección, esa que garantiza nuestro pleno bienestar y trascendencia.
El Texto de Textos nos revela en Romanos 11:22, “Mira, pues, la bondad y la severidad del Creador; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado”.
Oremos para que la severidad divina sea entendida como un amor que nos corrige.