¿Arrebatamiento?
El Texto de Textos nos revela en Daniel 2:44, “Y en los días de estos reyes el Creador del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”.
El concepto de verdad emet אמת, nos invita a interpretar mejor las diversas formas de leer y entender los mensajes Bíblicos y es que más allá de quedarnos con algunos significados sesgados que queramos extraer de algunos conceptos, debemos buscar nuevas interpretaciones alejándonos de algunas especulaciones procedentes de mentes más que creativas que nos confunden, probablemente por ello debemos tratar de entender el Texto de Textos y sus parábolas desde la visión celestial, gracias al Espíritu Santo quien debe orientar nuestras búsquedas personales tras ese objetivo en donde los mandatos del Creador y no nuestros deseos egocéntricos son los que priman.
La misma ciencia con el paso del tiempo ha encontrado en versículos Bíblicos analogías a sus tesis, pero más allá de las comparaciones odiosas que regularmente queremos hacer con lo allí preceptuado es claro que dichas Sagradas Escrituras nos presentan insumos muy concretos y dicientes para llevar un modelo de vida en donde prime el amor tanto a nuestras existencias, los seres con los cuales coexistimos y lógicamente a nuestro Padre celestial, lo que implica comprender el arrebatamiento לחטוף, como un llamado del Creador quien nos separa y aísla de un mundo que está alejado de Él y sus preceptos.
Enoc אנוך, dedicado, uno de los hijos de Jared, quien vivió 972 años, nos llama a tener una íntima comunión con el Creador la cual nos garantizará más que el no fallecer o nuestro rapto, la certeza de volver a Su lado, perspectiva que nos llama a ser personas rectas que vivimos conforme a la voluntad del Eterno quien nos llevará hacia Él, siendo entonces la oración constante y la lectura de los versículos Bíblicos así como la guía del Espíritu Santo la que nos llevará a esa resurrección para unirnos, ya sea abandonando de una u otra forma estos cuerpos corruptibles al nacer de nuevo.
Visión que ha llevado a algunos a suponerse como elegidos o seres especiales, tanto, que no falta el que descalifique a quienes consideran no merecedores de dicho privilegio, más lo único cierto es que no hay un camino por el cual podamos ir para ese encuentro diferente al de la Fe en nuestro Señor Jesucristo, Árbol de la Vida, etz Chayim עֵץ חַיִּים, quien nos reitera que en el fondo los preseleccionados son todos aquellos que por gracia creen en Él, se nutren de sus amorosos frutos y siguen sus pasos, lo que quiere decir: actuar correctamente y convertirse en aquello a lo cual se está llamado como seres de luz.
Es por ello que también Elías אל, nos llama a que revisemos nuestros diarios comportamientos teniendo como derrotero los mandatos divinos, esos que nos incitan a evitar la injusticia, la insatisfacción, la queja, la ansiedad, el desánimo, la pereza, lo mundano o la vanidad en nuestro ser, ya que aunque todos juntos somos llamados, es claro que solo unos se habrán mantenido firmes sin fluctuar tras esa dirección que nos indica, lo que es correcto, bueno y verdadero en cada circunstancia, así que como nadie sabe ni el día ni la hora, las únicas señales dicientes nos llaman a tomar nuestra cruz a diario.
El Texto de Textos nos revela en I de Tesalonicenses 4:16, “porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta del Creador, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.
Oremos para que nuestro ser finito se entienda como un Espíritu infinito.