mi Kabbala – 24 Jeshván, 5784 – Miércoles 8 de noviembre del 2023
¿Anhelos?
El Texto de Textos nos revela en I de Reyes 8:27, “Pero, ¿morará verdaderamente el Creador sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener, cuánto menos esta casa que yo he edificado”.
El concepto de deseo חשק, impulso, etimológicamente nos invita a movernos, así en nuestras confusiones nos guste más estar estáticos, lo cual ha degenerado en una visión de ociosidad, la misma que nos lleva a darle a la vida una connotación de recibir porque si, buscando placeres sin merecer, sin hacer, aun sabiendo que es la acción como impulso motor de la vida la que hace entre otras cosas que nuestro mundo se coloque en movimiento, animación que se cofunde igualmente con una serie de imaginarios disfrazados o anhelos, sin los cuales suponemos no solo vivimos insatisfechos e infelices sino en una actitud hedonista de quietud que contrasta con la invitación divina a dar.
Semántica que articulada a lo finito, lo necesario, lo temporal, lo prioritario y nuestro modelo de vida nos lleva a perspectivas difíciles de desentrañar, debido a que visionamos un mundo diferente a nuestras propias realidades egoístas, siendo necesario replantear hasta nuestro lenguaje en busca de alcanzar una espiritualidad que accione esos deseos egoístas hacia el integrarnos al movimiento del Creador, para ser parte, dejando de estar separados materialmente de ese Deseo Divino de integrarnos a Él a través de su obra para alcanzar ese estado de plenitud que es nuestra verdadera intención trascendente: Kavana כַּוָּנָה.
Probablemente por ello Miryan, מרים,como hermana de Moises nos llama a comprenderque como seres finitos y limitados no logramos con nuestro lenguaje interpretar de forma completa nuestra realidad, sesgos que nos demuestran que esas intenciones y deseos egoístas solo nos distraen de una realidad que nos proyecta aparte cuando somos partes de esta creación, distorsionando tras esa perspectiva mental ilusoria todo llenándonos así de mayores insatisfacciones que intentamos llenar con objetos, nuevos placeres y circunstancias egocéntricas, que alteran más nuestras emociones y que al final y por lógica solo nos generan mayores insatisfacciones y desilusiones.
Es Egipto Mitzráim, מִצְרַיִם, por lo tanto el concepto que nos llama a entender esos limites, para que nuestra satisfacción sea la de acercarnos al Creador a través de nuestra mente, reconectando nuestra alma, con su Espíritu para que el vacío existencial en el que coexistimos aísle ese egoísmo alucinante que nos convierte en enfermos insaciables que dependen de un modelo económico consumista aun reconociendo que no necesitamos realmente de nada y que nuestras famosas necesidades básicas se suplen fácilmente con lo que la naturaleza nos ofrece, lo que se traduce en que solo necesitamos del Creador.
Él debería ser nuestro único deseo, satisfaciéndonos en su obra y con esa visión llenar nuestros imaginarios conceptuales, pensamientos, ideas y vida sabiéndonos integrados y cerca de Él, satisfechos con nuestras existencias, lo que implica a su vez que dejaríamos de juzgarnos, de descalificarnos y más bien promoveríamos nuevos deseos sublimes hasta lograr nuevamente ese estado pleno de eternidad que nos denota que somos parte de lo infinito y que nuestra materialidad debe transformarse en espiritualidad gracias a que se articula al movimiento que genera el mismo Creador a través de su Espíritu y su Palabra.
El Texto de Textos nos revela en Romanos 11:33, “¿Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!”
Oremos para que nuestro ser finito se entienda como un Espíritu infinito.