Mi kabbala – 28 Adar 5784 – viernes 8 de marzo del 2024
¿Denominaciones?
El Texto de Textos nos revela en Isaías 62:2, “Entonces verán las naciones tu justicia, y todos los reyes tu gloria, y te llamarán con un nombre nuevo, que la boca del Creador determinará”.
Las palabras en esencia tienen poder creador de allí que los nombres como denominaciones indiquen ello, siendo desde la antigüedad muy relevante esa identificación que nos habla no solo de nuestro carácter, de nuestra visión de vida, sino incluso de las obras que realizamos, seguramente por ello en algunos momentos el mismo Creador le dio un nuevo nombre a quienes anhelaba cambiaran de perspectiva de vida, buscando tuvieran esa nueva identidad, siendo Jacob, יַעֲקֹב, Yaaqob, un buen ejemplo de ello: Israel, יִשְרָאֵל, nombre que para algunos significa algo más que aquel que lucho con el Creador y prevaleció, ya que de alguna forma nos simboliza como creyentes nuestra tierra prometida.
Denominación que proviene de la palabra hebrea sharif, שרית, que literalmente significa luchar, ejercer influencia, prevalecer, pero que algunos estudiosos traducen más allá del término Yashar- El, ישר-אל, de palabra hebrea Yashar, יָשָׁר, recto, honesto, honorable, respetuoso de la ley o sea una persona justa y temerosa de los mandatos del Creador, para entenderlo mejor debemos atender la raíz akov, עָקֹב֙, como antónimo de torcido, הֶֽעָקֹב֙, para leerlo desde todo su contexto que resignifica el mensaje, que sin el Creador no podemos vivir de forma recta, ya que Él rectifica nuestro rumbo torcido y desigual.
Toda letra, signo y por ende palabra tiene una fuerza que crea y en la que nos recreamos lo que quiere decir que gracias a ellas le damos un sentido a nuestras coexistencias, de allí que como seres perdidos, sin rumbo definido, cuando no tenemos al Creador en nuestro corazón fruto del pecado original, se hace más que necesaria su guía para acercarnos, logrando así dar en ese blanco u objetivo divino, lo que según esa raíz chet, חטא, indica que si seguimos equivocados, producto de esos errores y descuidos milenarios no alcanzaremos esos propósitos trascendentes que nos incitan a darle cumplimiento a las obligaciones del pacto hecho entre nuestro Padre Celestial y nosotros desde Abraham.
Es cierto que el pecado cual, si fuera una mancha, מְלַכְלֵךְ, melajlej, esta allí recalcando nuestros errores como humanos, pero a la vez está invitándonos a obtener su remedio, al relacionarnos de mejor forma con el Creador, logrando tras su misericordia el perdón, gracias no solo a que mejoramos nuestros comportamientos personales, sino a la vez que por la fe en nuestro Señor Jesucristo estamos dispuestos a amarnos plenamente integrándonos así con todos y con el todo.
Gedeon גִּדְעוֹן paso de llamarse guerrero a Jerobaal contendor de baal denominación que como creyentes nos llama a sabernos sus hijos, lo cual denota que no solo creemos en Él sino que le creemos a Él, lo que quiere decir que estamos dispuestos a dejarnos guiar por sus preceptos y mandatos, ya que gracias a su misericordia y a la fe en nuestro Señor Jesucristo nos sabemos guiados por el Espíritu Santo para que nuestra alma ahora envuelta en un cuerpo físico pecaminoso, logre atender ese llamado que ilumina su entendimiento para llevarnos voluntariamente a esa morada celestial eterna.
El Texto de Textos nos revela en Apocalipsis 2:17, “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe”.
Oremos para que atendamos el llamado del Creador con nuestro nuevo nombre.
Mi kabbala – 28 Adar 5784 – viernes 8 de marzo del 2024
¿Denominaciones?
El Texto de Textos nos revela en Isaías 62:2, “Entonces verán las naciones tu justicia, y todos los reyes tu gloria, y te llamarán con un nombre nuevo, que la boca del Creador determinará”.
Las palabras en esencia tienen poder creador de allí que los nombres como denominaciones indiquen ello, siendo desde la antigüedad muy relevante esa identificación que nos habla no solo de nuestro carácter, de nuestra visión de vida, sino incluso de las obras que realizamos, seguramente por ello en algunos momentos el mismo Creador le dio un nuevo nombre a quienes anhelaba cambiaran de perspectiva de vida, buscando tuvieran esa nueva identidad, siendo Jacob, יַעֲקֹב, Yaaqob, un buen ejemplo de ello: Israel, יִשְרָאֵל, nombre que para algunos significa algo más que aquel que lucho con el Creador y prevaleció, ya que de alguna forma nos simboliza como creyentes nuestra tierra prometida.
Denominación que proviene de la palabra hebrea sharif, שרית, que literalmente significa luchar, ejercer influencia, prevalecer, pero que algunos estudiosos traducen más allá del término Yashar- El, ישר-אל, de palabra hebrea Yashar, יָשָׁר, recto, honesto, honorable, respetuoso de la ley o sea una persona justa y temerosa de los mandatos del Creador, para entenderlo mejor debemos atender la raíz akov, עָקֹב֙, como antónimo de torcido, הֶֽעָקֹב֙, para leerlo desde todo su contexto que resignifica el mensaje, que sin el Creador no podemos vivir de forma recta, ya que Él rectifica nuestro rumbo torcido y desigual.
Toda letra, signo y por ende palabra tiene una fuerza que crea y en la que nos recreamos lo que quiere decir que gracias a ellas le damos un sentido a nuestras coexistencias, de allí que como seres perdidos, sin rumbo definido, cuando no tenemos al Creador en nuestro corazón fruto del pecado original, se hace más que necesaria su guía para acercarnos, logrando así dar en ese blanco u objetivo divino, lo que según esa raíz chet, חטא, indica que si seguimos equivocados, producto de esos errores y descuidos milenarios no alcanzaremos esos propósitos trascendentes que nos incitan a darle cumplimiento a las obligaciones del pacto hecho entre nuestro Padre Celestial y nosotros desde Abraham.
Es cierto que el pecado cual, si fuera una mancha, מְלַכְלֵךְ, melajlej, esta allí recalcando nuestros errores como humanos, pero a la vez está invitándonos a obtener su remedio, al relacionarnos de mejor forma con el Creador, logrando tras su misericordia el perdón, gracias no solo a que mejoramos nuestros comportamientos personales, sino a la vez que por la fe en nuestro Señor Jesucristo estamos dispuestos a amarnos plenamente integrándonos así con todos y con el todo.
Gedeon גִּדְעוֹן paso de llamarse guerrero a Jerobaal contendor de baal denominación que como creyentes nos llama a sabernos sus hijos, lo cual denota que no solo creemos en Él sino que le creemos a Él, lo que quiere decir que estamos dispuestos a dejarnos guiar por sus preceptos y mandatos, ya que gracias a su misericordia y a la fe en nuestro Señor Jesucristo nos sabemos guiados por el Espíritu Santo para que nuestra alma ahora envuelta en un cuerpo físico pecaminoso, logre atender ese llamado que ilumina su entendimiento para llevarnos voluntariamente a esa morada celestial eterna.
El Texto de Textos nos revela en Apocalipsis 2:17, “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe”.
Oremos para que atendamos el llamado del Creador con nuestro nuevo nombre.