¿Conocimientos?
El Texto de Textos nos revela en Job 42:2, “¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía”.
Se habla de sabiduría Jojmá חָכְמָה, cuando recibimos esta del Creador, siendo nuestra inteligencia biná תְבוּנָה, la que articula esta gracias a nuestro entendimiento el cual logramos gracias a Su guía, para que ese conocimiento dáat דַּעַת con su información nos lleve a interpretar de una forma esas chispas de luz que siendo divinas traducimos al alejarnos de esa sapiencia divina como distractores de Su Palabra y la guía del Espíritu Santo, generándonos confusiones en estas diferentes dimensiones, que con sus pilares, esferas y senderos, 32 según la gematría, nos llevan a través de las diez Sefirot que como manifestaciones con los nombres, historias, parábolas de nuestro lenguaje iluminan ese entendimiento que requerimos para integrarnos a Él.
Iluminación y entendimiento que mal usamos perdiéndole ese sentido trascendente a dichas señales divinas, por lo cual jojmah, sabiduría, de la raíz semítica Ḥ-K-M nos llama a reconocer en esa inteligencia, además de nuestra razón, esas virtudes que como la prudencia o la sensatez implican darle otra interpretación a nuestras continuas vivencias, dejando que estas sean guiadas por esa sabiduría de la Palabra a través del Espíritu Santo, quien realmente ilumina esos conocimientos para que nuestra inteligencia como habilidad nos permita ser útiles a la obra haciendo lo correcto y no lo incorrecto, es dáat דַּעַת.
Las intenciones y deseos que guían nuestra voluntad necesitan que aprendamos a discernir, quizá por ello el concepto tenemos la responsabilidad de usar esos dones biná תְבוּנָה o comprensión que viene de la raíz B.I.N, para evaluar, reflexionar o distinguir de lo que está bien o mal, buscando siempre el bienestar general en donde no afectamos con nuestra libertad a los demás, de lo contrario estaremos mal usando irresponsablemente este y otros de los muchos dones otorgados por nuestro amoroso Padre Celestial.
Dones que pueden parecer insignificantes para quienes no entienden que Bezalel, “protegido del Creador”, por ejemplo como constructor del tabernáculo para Moisés cumplía una labor trascendental, como las muchas que nos designa el Creador dentro de Su obra, probablemente por ello su nombre procede de Beth בית אל, casa del Creador, como otra forma de denotarnos que al no ser útiles a Su obra, seguimos alejados de Él, expulsados, siendo necesario cultivar lo bueno, aquello que cumple con los propósitos de la Creación y da el sentido para el cual fuimos creados, teniendo claro que lo malo es todo aquello que interrumpe esos designios en contra de Su sabiduría.
Todo lo que existe depende de Él y por ende está dentro de Su plan o sea que todo tiene un para qué, lo que se traduce en que todas las cosas son buenas, aunque no percibamos dicha bondad o propósito dentro de nuestro mundo de los desconocimientos, ya que todo está estrechamente vinculado, fluir que reconocemos como amor, sin embargo al estar aislados de esa verdad, seguimos siendo esclavos del pecado lo que implica que vivamos en medio del desorden de nuestras ignorancias reproduciendo un caos que solo reina en nuestras mentes el cual nos llama a aprender, Lelamed ללמד.
El Texto de Textos nos revela en Filipenses 2:13, “ porque el Creador es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”.
Oremos para cuestionarnos menos y agradecer más.