Mi kabbala – 8 Nisán 5784 – lunes 15 de abril del 2024
¿Inteligentes?
El Texto de Textos nos revela en Levítico 25:25, “cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido. 26 Y cuando el hombre no tuviere rescatador, y consiguiere lo suficiente para el rescate, 27 entonces contará los años desde que vendió, y pagará lo que quedare al varón a quien vendió, y volverá a su posesión”.
Es claro que cada ser humano físicamente es diferente lo cual nos lleva a analizar mejor las palabras que describen la creación en donde Adán yatzar, יצר, nos habla que Él moldeó, cual alfarero esa vasija de barro, mientras que con Eva, baná, בנה, se lee Él construyó, creó, verbo que además esta relacionado con el termino biná, בינה, inteligencia, de acuerdo a las Sefirot, por lo que se puede concluir que Eva fue dotada con un sentido superior de esa inteligencia divina, lo que no la hace ni inferior, ni superior, solo complementaria en los propósitos de la creación.
Probablemente por ello el profeta Isaías escribió sobre el futuro Mesías y dijo que del tronco de Jesé (ישי Ysay, regalo) brotaría un retoño, para denotarnos que tal como Adán y Eva somos un retoño del Creador así que a través de ellos se sentaron esas bases que nos complementarían como seres humanos. Y aunque ambos pecaron Él pagó nuestro rescate entregándonos su vida, liberándonos, al hacerse Él mismo pecado para salvarnos de la muerte eterna. Lo que significa que Adán y Eva generaron ese segundo Adán para nuestra salvación, redención, rescate y liberación lo cual logramos a través de nuestra Fe.
Recordemos que desde Adam somos esclavos de nuestros pecados y por ende estamos encadenados a sus consecuencias. Esclavitud עָ֫בֶד ebed, a la que accedimos voluntariamente como fruto de nuestra desobediencia, pero de la que el mismo Creador nos quiso rescatar, siendo necesario que se humanara en su hijo nuestro Señor Jesucristo y nos liberará pagando el mayor precio imaginable, por nosotros. Así que dicha redención y perdón debido a su Sangre es la que nos acerca nuevamente a su gracia siendo únicamente necesario esa Fe en Él.
Y aunque parece complejo de entender ese sencillo mensaje de la cruz, hay quienes prefieren ver allí solo un método de ejecución Romano que le aplicaron a nuestro Señor Jesucristo como líder, obviando que ese acto nos enseña que como Árbol de Vida, Etz Jaim עץ חיים, clavado en la porción vertical de dicho madero, Él representa la misma divinidad y sus brazos en la posición horizontal expresan esa humanidad que asumió y que le permitió el entendernos plenamente desde nuestros pecados para perdonarnos.
Es por ello que, quienes estudian las Siete Palabras o últimas frases que Él pronunció durante su crucifixión, antes de morir, de las que hablan los Evangelios, nos dicen que ellas traducen apartes de lo que las profecías decían al respecto del Mesías, por lo que pasión, crucifixión, muerte y resurrección como símbolo de redención implica aceptar de una vez por todas que Él nos rescató pagando con su sangre el precio de salvarnos גְּאֻלָּה, gueullá.
El Texto de Textos nos revela en Hebreos 9:15, “y por eso Él es el mediador de un nuevo pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones, que se cometieron, bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna”.
Oremos para que el mensaje redentor de nuestro Señor Jesucristo llegue a través de nosotros a más personas.