
Mi Kabbala – Adar 11, 5785 / Martes 11 de marzo del 2025
¿Errores?
El Texto de Textos nos revela en Génesis 29:35, “Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré al Creador; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz”.
Errar (taá, תָּעָה) es de humanos y aunque regularmente nos descalificamos continuamente por nuestras fallas, este tipo de situaciones adversas no solo nos demuestran que al ser imperfectos necesitamos la guía de quien nos denote la forma de cómo no errar más, necesidad de integrarnos más a Él, logrando así enmendar errores para mejorar nuestras relaciones y crecer como hermanos en Él, lo que debe traducirse en que aunque erremos, ello no nos descalifica sino más bien nos debe cualificar, lo que implica que estamos llamados a aprender de todos nuestros errores y a crecer permanentemente en esa luminosidad teniendo siempre como guía al Espíritu Santo.
Expresión que aparece unas quinientas veces en la Biblia, lo que le convierte en una invitación a tener en cuenta en nuestros comportamientos, ya que allí se nos visiona por parte de nuestros patriarcas, el cumplir con nuestras habilidades, que mal comprendemos como obligaciones y compromisos, deudas (mashshaá, מַשַּׁאת) que nos hablan de usar mejor nuestras palabras ya que desde esa perspectiva a cuidarnos al respecto de nuestras blasfemias, asumiendo nuestros pecados como una mancha mental que nos lleva a errar continuamente, siendo preciso dejarnos guiar del Creador y su Santo Espíritu, reconociendo esas fallas y mejorando.
La misma Biblia, nos enseña que los actos pecaminosos pueden y deben repararse, para que se fortalezca nuestra relación con el Creador, el cual nos ofrece no solo Su guía sino también su misericordioso perdón, muestra de ello es que nos dejó sus preceptos y mandatos para que nuestros comportamientos estén acordes a su visión de vida. Desde dicha perspectiva cuando nos permitimos leer la Biblia y dejarnos guiar por ella, estamos fortaleciendo nuestras relaciones y a la vez integrándonos cada vez más al Creador a través de Su obra, fruto de entregarle nuestra pecaminosa voluntad (רָצוֹן, ratsón).
La misma hija de lot nos dejó a través de la generación Moabita (מוֹאָב, Môʾāḇ), una muestra de los efectos del pecado que mora en nosotros y que nos hace seres imperfectos que cometemos todo tipo de errores, pero que al estar cerca del Creador no solo podemos reconocer ello sino además el corregirlos, logrando a través del fluir amoroso y de Su guía que estos no nos afecten más allá de un aprendizaje y además que a través de ese fluir celestial, nos integremos como hermanos y gracias a esos intercambios armónicos con la creación podamos reintegrarnos voluntariamente a nuestro Padre celestial.
El Texto de Textos nos revela en Mateo 22:29, “Pero Jesús respondió y les dijo: Estáis equivocados por no comprender las Escrituras ni el poder del Creador”.
Oremos para que Jesucristo nos guie y nos ayude a evitar cometer errores.