Mi Kabbala – Av 11, 5783/Domingo 30 de julio del 2023.

¿Predicadores? 

El Texto de Textos nos revela en Números 18:1, “Jehová dijo a Aarón: Tú y tus hijos, y la casa de tu padre contigo, llevaréis el pecado del santuario; y tú y tus hijos contigo llevaréis el pecado de vuestro sacerdocio. Y a tus hermanos también, la tribu de Leví, la tribu de tu padre, haz que se acerquen a ti y se junten contigo, y te servirán”.

Estamos llamados a hacernos uno con el Creador nuevamente, proceso que partió según algunos eruditos de una contracción de Sí mismo, para crear un espacio vacío en el cual se introdujera su Luz y con ella crear este universo, el cual según las Sefirot o manifestaciones, se concretó en su Palabra, siendo el universo Su mente, como una especie de recipiente que permite recrear todo lo que reconocemos como vida para lo cual se hace indispensable transformarnos a través de nuestras relaciones cotidianas siguiendo así la guía de nuestro sumo sacerdote nuestro Señor Jesucristo quien nos denoto el cómo entregar nuestra voluntad y corazón en ese propósito divino. 

Perspectiva que mirada desde algunas tradiciones nos lleva a la línea genealógica de Aarón hermano de Moisés, del cual descendieron genealógicamente los kohen כּהן quienes de acuerdo a estas visiones debían cuidar del templo de Jerusalén, sacerdotes, kohanim, que tenían bajo su cargo tareas específicas para los ofertorios cotidianos y las festividades de sacrificio, para lo cual usaban unas vestiduras especiales en su pectoral con las doce piedras, aseguradas estas por cadenas de oro sobre el efod y en la mitra una placa de oro con la inscripción de santidad.

Desde aquel entonces dichos primogénitos han sido tomados para el servicio del Creador convirtiéndoles en sacerdotes, conformándose así la tribu de Levi como una especie de casta que constituyen para esas creencias una auténtica clase sacerdotal conocida como Cohanim. Y aunque hoy ellos hablan de rabinos, término que significa maestro, siguen siendo estos la máxima autoridad, no solo por sus conocimientos concernientes a la ley judía sino por su capacidad para dirigir las sinagogas como sitios de culto.

Los creyentes, debemos entender que somos un todo para que desde esa lógica espiritual, podamos sumarnos al concepto de un solo ser, uno que nos integra en este mundo en donde las almas se deben unir voluntariamente y saberse uno con su Creador, logrando a través de esa integración con el Espíritu Santo el cometido divino para lo cual debemos entender estas creencias desde una nueva perspectiva en donde esos levitas que se distinguen de la masa general al ser capaces de conectarse entre ellos más fuertemente que los demás, nos integramos a través de Él para recibir ese sacerdocio.

El concepto de Yijud איחוד simboliza esa unidad y conexión, la cual nos reitera que no hay limitaciones para integrarnos con ese ser Superior, para ello debemos aislarnos de la esclavitud que significa Babilonia y gracias a esa visión entender que no hay diferencia de raza y que aun sin ser el pueblo escogido, fuimos elegidos, lo que quiere decir que solo dependemos de nuestra búsqueda individual que debe convertirse luego en general para alcanzar cada vez más ese nivel espiritual que nos permita fundirnos con el Creador.

El Texto de Textos nos revela en Hebreos 7:6, “Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. 

Oremos para que cual sacerdotes nos hagamos uno con el Creador. 

Mi Kabbala – Av 11, 5783/Domingo 30 de julio del 2023.
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