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Mi Kabbala – Av 17, 5783/Sábado 5 de agosto del 2023.

¿Ver?

El Texto de Textos nos revela en II Reyes 6:17, “Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo”.

Hay cientos de analogías que nos recuerdan que andamos ciegos por este mundo, en donde aun percibiendo algunas cosas nuestro sentido de la vista no nos permite vislumbrar la cantidad de luz exterior existente, la cual no vemos, menos la Luz del Creador la cual nos podría ayudar a quitar ese velo para poder comprender el mundo real del cual hacemos parte, pero del que nos sentimos aparte. Probablemente por ello, una de esas muchas historias del Antiguo Testamento, nos puede ayudar a comprender como al siervo del profeta Eliseo que aunque alrededor nuestro nos aterrorice un ejército que busca nuestra muerte, nosotros contamos lógicamente con la protección de un ejército de ángeles.

Textos Bíblicos que nos recuerdan a través de esa y otras reflexiones que el Creador está con nosotros y nos liberará tal como lo hizo con su pueblo de Israel, siendo nuestra mejor alternativa el orar no solo para que el Creador abra nuestros ojos y nos llenemos de mayor confianza sino a la vez para que lo haga con quienes nos acompañan como sucedió con aquel siervo, a quien se le abrieron sus ojos para que viera, quizá por ello la palabra hebrea original que Eliseo uso para abrir fue pkáj פְּקַח, término muy especial para referirse a abrir los ojos y que en su contexto nos invita a remover la falsedad y dejar entrar la verdad. 

Lo que como creyentes nos llama a comprender que aunque nuestra visión física es limitada y depende en su pequeño espectro de los rayos de luz que puede soportar teniendo en cuenta la irradiación del sol, nuestra mayor ceguera es mental y lógicamente espiritual, necesitando que se nos abra ese tipo de visión, la que se refiere no solo a la percepción intelectual, sino la que tiene que ver con nuestra fe, mirada que lógicamente va mucho más allá de la vista física y que nos debe posibilitar el tener una perspectiva mayor al respecto de la vida y nuestros dilemas, esos que además estrechan y limitan nuestra confianza. 

Queda claro por demás que el Creador responde las oraciones de todos aquellos que como el profeta confían plenamente y entienden que este mundo físico limitado y finito no tiene mayor poder sobre el infinito e ilimitado en el que Él nos creó, lo que significa que muchos de nosotros como sus siervos, estamos enceguecidos por nuestros temores y conflictos, por lo que necesitamos que las oraciones especialmente de esos fieles sean las que de repente nos permitan ver como en ese caso, que aquel monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego, ya que Él mismo nos cuida.

Necesitamos además reconocer que aunque no estemos físicamente ciegos, si necesitamos de una adecuada dosis de fe, especialmente frente a aquellas situaciones en donde limitamos nuestra confianza a nuestras expectativas y sesgadas realidades. Oremos como creyentes no solo por nosotros sino para que logremos percibir la verdad que nos ofrece a cada instante el Creador y que contiene nuestra liberación al respecto de todo aquello que coarta nuestra confianza, así que necesitamos se abra nuestra mirada de Fe. 

El Texto de Textos nos revela en Marcos 8:25, “Entonces Jesús puso otra vez las manos sobre sus ojos, y él miró fijamente y fue restaurado; y lo veía todo con claridad”.

Oremos para que el Creador abra nuestros ojos para aumentar nuestra fe.