¿Reconciliación?
El Texto de Textos nos revela en Jeremías 3:12, “¡Vuelve, apóstata Israel! No te miraré con ira – afirma el Creador-. No te guardaré rencor para siempre, porque soy misericordioso -afirma el Señor-”.
Se cree que la misericordia florece en nuestro ser cuando reconocemos que no hay nada que perdonar de los otros y que por el contrario, somos nosotros los que hemos asumiendo una posición rencorosa que no tiene nada que ver con el amor, del cual el Creador nos enseña, vinculo perfecto que llevado a nuestra temporalidad finita nos muestra en el mes de Elul sexto contando desde Nisán, llamado por el pueblo de Israel como el mes de perdón, la importancia que como creyentes dejemos de seguir sumando egoísmos, adversidades y rencores para llenarnos de esa misericordia de la que a diario Él nos da.
Es por ello que para el pueblo Judío el signo de este mes es una Betulá, un árbol, palabra que por analogía nos habla de una virgen עלמה alma, de lo fértil, denotándonos que son tiempos propicios para sembrar perdón en nuestros entornos para así prepararnos para lo nuevo momento trascendente en donde además todas las almas estaremos delante del Creador en juicio celestial, lo que según esas costumbres nos habla del Rosh Jodesh, cuando Moisés subió al monte de Sinaí y pidió por todo el pueblo para ser perdonado especialmente por el pecado del becerro de oro.
Enseñanza que nos muestra luego de esos cuarenta días el regresó del monte de Sinaí con las segundas tablas de la ley, las cuales el Creador le dio con alegría, para que desde ese momento conmemoráramos esos cuarenta días, desde el principio del mes de Elul hasta el 10 de Tishréi, para realizar actos de perdón, denotando en ese tiempo de arrepentimiento y reconciliación nuestra disposición a ser guiados por su amor, lo que hace que algunas tradiciones concluyan en la muralla de Jerusalén que construyó Nehemías con la ayuda del Creador, esas remembranzas con ese día de gran alegría y regocijo por su misericordia.
Si hablamos de perdón, de reconciliación y de corrección lo primero que debemos tener en cuenta los creyentes es que estamos equivocados al ver errores solo en los demás sin corregirnos a nosotros mismos, lo que quiere decir evitar el enojo con esos otros ya que probablemente es uno quien esta dimensionando las cosas equivocadamente, es más cuando estamos en paz con nosotros nada puede molestarnos, por ende, se nos invita constantemente a no irnos enojados a la cama ya que esas culpas, enojos o resentimientos nos alejan de la empatía necesaria y por ende armonía que debe reinar en la Creación.
Que válido que entendamos que nadie nos hace daño, sino que todo hace parte de lecciones que tenemos que aprender y vivir para crecer como personas, siendo el perdón más que un sentimiento, acciones que realizamos para reparar el daño que nos estamos haciendo cuando no somos responsables de nuestras emociones y sus efectos, las mismas que nos impiden recibir la Luz del Creador llenándonos de roces que incluso nos llaman la atención para vivir conforme a esa armonía universal que implica su misericordia.
El Texto de Textos nos revela en Romanos 5:10, “porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con el Creador por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida”.
Oremos para agradecer al Creador por enseñarnos del perdón gracias a su misericordia.