
Mi Kabbala – Kislev 19, 5785 – Jueves 19 de diciembre del 2024.
¿Suponer?
El Texto de Textos nos revela en Levítico 26:12, “Andaré entre vosotros y seré vuestro Creador, y vosotros seréis mi pueblo”.
El desorden y el vacío, Tohu va-bohu, תֹ֙הוּ֙ וָבֹ֔הוּ, son de alguna forma las primeras expresiones Bíblicas que más especulaciones y suposiciones nos generan, ya que como fragmentos de esa contracción producto de crearnos, poco comprendemos que esas partículas en sí son esencia divina lumínica, la cual nos motiva a hacernos conscientes de acercarnos e integrarnos a Él voluntariamente para nuevamente llenar Su todo logrando con ello que esa visión distorsionada de la realidad producto de esos desconocimientos y de la desconexión con Él nos siga dominando, perpetuándonos en esas desorientaciones e ignorancias con las cuales vivenciamos nuestro día a día.
Todo tiene un orden, עָרַךְ, arak, pero nuestra lejanía con Él producto de nuestro pecado hizo que pasáramos de lo ilimitado e infinito del YO SOY a lo limitado y finito de nuestro Yo exterior: egocéntrico, lo que implica que vivamos confundidos y por ende fluctuando en nuestro vacío solitario existencial que nos sofoca y que se percibe más grande y poderoso de lo que es, siendo quizá esta la razón fundamental para que vivamos de deseos e ilusiones, metidos en una especie de caverna mental en donde nos proyectamos hacia un exterior alucinante que solo llenamos con especulaciones tenebrosas.
Hoy conocemos todo tras dicho velo, סוה, sawah, cubrir, un Yo ilusorio fragmentado que desea debe unificarse gracias a esas chispas de luz, imaginarias que van reintegrándonos con Su Luz, mientras nos vinculamos con diversos tipos de espectros que percibimos como partes, distrayendo nuestra visión en esos objetivos que cual luminarias artificiales solo nos separan aún más de todas las posibilidades que podemos encontrar a diario si nos proponemos reenfocarnos interiormente en lo que es necesario e indispensable para el crecimiento de nuestro alma: Su Palabra.
Quienes nos llaman a santificarnos, mekuddash מקדש, quieren que nos vinculemos con todo y con todos a través del amor, superando eso si los escenarios emocionales que se alimentan de ideas fragmentadas al respecto de la vida, lo que nos desdice de ir consolidando a través de esas búsquedas en donde nos conocemos, el reconocimiento al que debemos llegar como Sus hijos, gracias a poder reencontrarnos con nuestra esencia y a través de ella concatenar voluntariamente todo ese sistema articulado al que pertenecemos y al que nos debemos.
Roboan, רְחַבְעָם, Rəḥaḇʿām, como hijo de Salomón, es el mejor ejemplo de cómo las búsquedas materiales no hacen débiles, ampliando nuestro vacío existencial con solo ilusiones, dejándonos guiar por esos satisfactores intrascendentes que solo nos encadenan a placeres temporales que desvían nuestros instintos, cuando solo debemos amar y vincularnos con esos otros, reintegrándonos al todo sabiéndonos partes aportantes de un plan general de retorno a través del cual por fe se requiere el dejarnos guiar por la Palabra y dejar de ser esos hijos pródigos desobedientes.
El Texto de Textos nos revela en I de Tesalonicenses 5:9, “Porque no nos ha puesto el Creador para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, 10 quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con Él. 11 Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis”.
Oremos para que pronto nos demos cuenta de quiénes somos.