
Mi Kabbala – Kislev 29, 5785 – Gomingo 29 de diciembre del 2024.
¿Cuentas?
El Texto de Textos nos revela en Isaías 40:22. “Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar. 23 El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana”.
Como siervos, עָ֫בֶד, ebed, del Creador, todo gira en torno a Él, sin embargo preferimos ser esclavos del pecado, atándonos terrenalmente a esa gravedad la cual hace que nuestros movimientos sean lentos, aferrándonos a espacios así como a nuestro vehículo corporal obviando nuestro eje celestial por distraernos en un ego que simplemente nos lleva a que tengamos más en cuenta lo exterior, que esa realidad interior que nos refleja Su palabra, pero preferimos llenamos de imaginarios y elucubraciones cuando lo que debería contar para nuestro verdadero crecimiento integral es simplemente Su voluntad.
En este universo todo se articula y complementa, con la vibración del Creador, por ello nuestros movimientos elípticos gracias a ese eje de la tierra también nos dan la idea que el Creador es quien da Luz siendo el sol tan solo un reflejo, señales que nos llaman a reconocerle en todo, siendo ese solsticio otra forma de recordarnos que nuestro tiempo es relativo por ende debemos apostarle a la eternidad, para ver en cada equinoccio el reinicio de nuestro otoño o primavera, estación que nos incita a sabernos parte integral de esta Su magna obra, guiados por su fluir, por la fuerza, Chayil, חָ֫יִל, de Su Palabra.
Los movimientos de rotación y traslación que afectan algo más que nuestra corporalidad nos hacen que contemos el tiempo de acuerdo a una velocidad preestablecida que, aunque no encaja con la eternidad en su simetría, nos proyecta un modelo de pensamiento engañoso que nos ofrece conceptos amañados de tamaño, forma y posición así como con un sistema en donde nuestro magno universo parece ofrecernos un sentido y no otro, siendo necesario reorientarnos de acuerdo a la guía de nuestro buen pastor, רָָאה, ra´ah.
Josue, ספר יהושע, Sefer Yehoshúa, nos explica a través del Texto de Textos que todos esos movimientos de los que hacemos parte y que afectan nuestros seres inconscientemente dependen de Él, del vibrar de Su palabra, la cual nos incita a articularnos a ella, estado original en donde nos reencontramos con nuestra esencia, de lo contrario la materia a la que hoy nos aferramos, nos mantendrá en continua confrontación, llamando nuestra atención para que vibremos conforme a dichas frecuencias celestiales, las cuales permiten que todo se mueve armónicamente.
Es nuestro libre albedrio el que simplemente debe fluir a través de cada uno de nuestros movimientos conscientes con esa movilidad universal divina, asumiendo cada ciclo renovador desde esa coherencia, dándole por ende a nuestros conteos y sus reinicios atemporales, con sus estaciones, otra lectura, una que haga que esos aparentes fenómenos naturales nos permitan el estar más cerca del Creador y sus propósitos, ya que al reconocernos como parte integral de un único universo יקום, ye-kum y de esta única creación, seremos guiados por Su Santo Espíritu y Su voluntad, sabiéndonos aportantes a esta Su obra en donde todo lo creado coexiste dentro de esa Su armonía.
El Texto de Textos nos revela en Romanos 10:17, “así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra del Creador. 18 Pero digo: ¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido la voz de ellos, y hasta los fines de la tierra sus palabras. 19 También digo: ¿No ha conocido esto Israel? Primeramente Moisés dice: yo os provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo; con pueblo insensato os provocaré a ira”.
Oremos para que cada giro del sol nos llame a rendirle cuentas a Él.