Mi Kabbala – Kislev 8, 5785 – Domingo 8 de diciembre del 2024.
¿Bien estar?
El Texto de Textos nos revela en Jeremías 29:7, “Y buscad el bienestar de la ciudad adonde os he desterrado, y rogad al SEÑOR por ella; porque en su bienestar tendréis bienestar”.
La palabra tohu vabohu, תֹ֙הוּ֙ וָבֹ֔הוּ, que algunos traducen como caos o sin forma, difiere sustancialmente a la interpretación rabínica del Targum Unquelós, lo que significa que fue la filosofía griega platónica la que confundió esa visión, en donde la tierra desde que fue creada luego de la contracción reprodujo una desolación por no tener vida, la cual llevó a que Él buscase la habitáramos como sus hijos, llenando ese vacío, ריק, con su Luz, la cual hace que la vida conlleve una reconexión de cada uno de esos fragmentos, polvo del que toma nuestra alma para formar un cuerpo y con este trasegar en pro de dicha unidad.
Todo es bueno, Yatab, יָטַב, y para nuestro bien, por lo que consideramos como misterios del universo son tan solo erradas interpretaciones por enfocarnos en una materialidad que contiene esa esencia intangible e imperceptible pero impresa en nuestra naturaleza, por lo que si nos permitimos que el mismo Espíritu Santo nos revele esas manifestaciones divinas iremos entendiendo esas sensaciones que reproducen un caos, revestidas de dolor, como llamados para dejar así de prolongan y magnificar un sufrimiento innecesario que simplemente nos recuerda lo alejados que estamos de nuestro Creador.
Eber, עֵבֶר, ay’-ver, oscuro, como termino, nos reitera igualmente que contamos con el potencial para salir de este mundo en el que nos aferramos hasta encontrar en nuestro proceso vivencial los senderos que nos posibiliten el integrarnos al Creador a través de Su obra, siendo nuestras diarias interrelaciones esenciales para reencontrarnos con ese potencial interior, que a su vez nos lleva no solo a cambiar nuestros vacíos entornos de forma fraternal y servicial sino sobre todo, a lograr que estos motiven nuestras voluntades para buscar la armonía que se refleja en todo este escenario divino.
Lo contrario, oyev, אוייב, y todo lo que reconocemos como problemas, adversidades y obstáculos, en este mundo cumple con ese rol de desafiarnos para llevarnos a nuevos y mejores conocimientos, motivándonos hacia otros senderos menos egoístas, lo que significa que todas esas pruebas mal valoradas como conflictos en nuestras interacciones, hacen parte de aquellos aspectos en que individualmente debemos trabajar más para superar esos oscuros escenarios y así alcanzar con Su luz el entendimiento y sabiduría necesarias para irnos integrando nuevamente al Creador.
Nahum, נַחוּם Najum, consuelo, nos enseña el cómo debemos lograr que nuestra conciencia priorice el dar y el compartir como filosofía de vida, en pro de esos objetivos trascendentes en donde nuestra voluntad debe dejar a un lado su egoísmo milenario para permitirse pensarse desde el bienestar general, ese que el mercado y la economía convierten en un gana-pierda cuando estamos llamados es a coexistir aportándonos y no apartándonos. Perspectiva que solo ha generado ambientes hostiles de depredación y de dolor, pero que también nos llama a lograr trabajar unidos ese bienestar de todos, clave, para que nuestras interacciones en este mundo se enfoquen en la voluntad del Creador, en sus preceptos y mandatos a la vez en bien decir de la vida para así llenar unidos, ese vacío.
El Texto de Textos nos revela en III Juan 1:2, “Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud”.
Oremos por el bienestar general que es el nuestro.